en este juego a cartas que es la vida
gana el que más sonrisas ponga sobre el tapete.
Un sol de abril
que ha despertado a mis plantas
y tienen ahora sus verdes cuerpos adolescentes
feos, estirados, desproporcionados,
vivos, expectantes, emocionados.
Tenía un gato dormido contra mi piel
y un subrayador amarillo, fiel compañero,
que he agotado señalándome en un libro.
He terminado un libro sobre el abuso,
sobre el maltrato,
una historia de heridas que cargo,
de pautas en las que recuerdo
mi pasado.
El sol de abril
estirando también mi cuerpo
feo, vivo,
expectante, desproporcionado.
He terminado un libro en el que he buscado mi voz
habla de hombres maltratadores
cuenta la historia de otros
otros nombres
pero sale él también
y salgo yo.
Sale, también,
el sol.
Sale, también,
mi voz.
Voy a buscar las palabras
que cuenten esta historia
igual que llega la primavera
igual que la nieve derretida
deja este campo verde
joven, estirado, feo, vivo,
esperanzado.
Ojalá se convierta mi voz
en un libro de tapa dura
en un aullido en la noche
en un cuchillo de plata que hiera la madrugada.
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