No estaba preparada para volver a la casa que quemé,
por deshacerme de los cadáveres del pasado.
Y en las fotografías en las que solo salgo yo,
o la niña que fui,
encuentro preguntas
en forma de reproche
"¿qué me has hecho?"
A mí me prometieron que sería feliz
y yo no supe nunca encontrar el camino.
No puedo afrontarlo,
que alguien me traiga las alas o el escudo.
Indicadme el camino,
yo no puedo tomar más decisiones
que soy rehén de la de las fotografías
y llora y grita
que como siga haciéndole daño
caeremos las dos.
Se abren las puertas de la ciudad
en la que he sido feliz y he vivido la mentira,
o quizá
solo una de las dos
y nunca supe elegir bien.
Y ahora soy el sacrificio
que solo espera que se abran de nuevo
las grietas
y se rasguen las vestiduras
para que la entreguen del todo
y pueda su cuerpo descansar
en un hogar, por fin sin reproches.
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