Frío por la espalda,
hasta la cara.
Como si fuese de cristal
el aire que respiras.
Como si nunca hubiese habido alguien ahí.
Hace ya tantos años,
que quién sabe si hubo verano antes.
Te duele la cabeza,
quieres meterte en la cama.
Adiós, Ophelia, adiós.