domingo, 28 de junio de 2015

Inmortales

Fue el verano en el que llovieron mariposas nocturnas.
Durante días.
Éramos un poco más jóvenes.
Algunos de los que se quedaron atrás
se han convertido en baratas copias de sí mismos;
la parte equivocada del retrato de Dorian Gray.

Fue el verano en el que la calle estaba llena
de oscuras mariposas
y todas iban a morir pronto
aunque probablemente no lo supiesen.
Así me sentía yo también,
como la estrella que más brilla antes de apagarse,
con fuego en el pelo, en los ojos, en las manos,
ardiendo y sabiendo
que despertaría un día de esos siendo ceniza.

Fue el verano en el que alas doradas y naranjas
de mariposas nocturnas
eran arrastradas por el viento,
como las hojas del otoño
a las puertas de julio.

Fue ese verano en el que se me enredó un ala quebrada en el pelo
en el que me sentí como debió sentirse
Ofelia con el agua por los tobillos.
Ligera, caminando hacia la luz de las profundas aguas.

Sobreviví.
Se templó el acero
y los amaneceres siguieron siendo de una belleza
tremendamente triste.
Envolví para desaparecer del tiempo,
perdí, para encontrar, en mi crisálida,
el valor de entonces.

Fue aquel verano en el que éramos
un poquito más jóvenes,
en el que agoté el combustible de mi voz
y dejé el corazón cansado de gritar.
Solo para volver a abrir los ojos
un poco después.

No han vuelto las mariposas,
porque a aquellas se las llevó el viento.
Pero hay siempre almas obstinadas
que se quedan. Sea el verano que sea.
Y parece que el tiempo no hace sino curarles el fuego
y devolverles la voz.

Y es así como después de arder,
después de caer,
hay todavía almas indómitas
que se siguen levantando,
perfeccionando,
para convertirse en mariposas nocturnas
perdidas por una corriente de verano
que hacen del fuego su hogar
y se vuelven inmortales.

martes, 2 de junio de 2015

Lives, lived, will live

Puedo quebrar cada hueso de mi cuerpo
como si fuesen ramas secas
crujiendo bajo el peso del otoño,
del viento.

Fundirme en el sol del verano,
otra vez aunque pasen los años.
Bajo su calor empiezo a latir
entra incluso tras los párpados cerrados.

Vivir bajo el agua
y acallar el canto de sirena.
Convertir las noches de verano
en eternas madrugadas.

Coger aire,
coger papel,
volver a escribir.
Tinta sobre la piel.

Cumplí años.

Vive, vivió, vivirá.

Sobre todas las constantes,
nunca volver a buscar la misma tormenta.
Crearse cada vez,
cada principios de estas noches cálidas.

Crearse de las cenizas de lo que ardió.
Caerse del pedestal que se rompió.
Criarse entre los lobos hambrientos
para aprender a andar.

Incluso con los huesos rotos,
incluso con el veneno en la cabeza,
incluso con las heridas abiertas.

Vive

Vivió

Vivirá


Por mil mundos, durante diez mil vidas....