sábado, 28 de marzo de 2009

Something cold, something new, something grey...



Palpó, con asombro y repulsión, la sangre fría, coagulada.
No recordaba más que haberse caído... y después eso: frío. Como la sensación post-ducha, como esos sábados en los que al final nunca nevaba.
Frente al espejo, totalmente desempañado ya, observó su cuerpo, desnudo, dividido en dos por una vertiginosa línea escarlata.

Un instante antes de continuar explorando aquel cuerpo que la torturaba, pensó en cómo sería si la caída la hubiese matado.




lunes, 23 de marzo de 2009

Fog



La niebla descendía de las montañas e iba colándose por los callejones del pueblo, gangrenándose en la plaza principal, envolviendo la catedral hasta convertirla en poco más que una sombra perfilada sobre el resto de los tejados.
Entre el bullicio, los gritos de los comerciantes y los pasos acelerados de un grupo de mojas que cruzaba apresurada la calle, acudiendo a la llamada de las campanas que comenzaban a tañir anunciando la misa de las diez, mi privilegiado oído era capaz de percibir el terrorífico silencio sepulcral en el que todos estaban sumidos, más allá de sus tareas. Un silencio que atenazaba sus mentes... a la espera, inconscientemente, de algún terrible acontecimiento que estaba por suceder.

El caballo en el que iba montada Madeleine, unos pasos por detrás, se resistía a abanzar por el camino que ella le ordenaba. En cualquier otra situación eso hubiese sido achacado al mal manejo de la bestia por parte de ésta, sin embargo el terror latente en las entrañas de la ciudad tornó la torpeza en presagio.
La compañía se detuvo; y todos me miraron a mí, expectantes.

sábado, 21 de marzo de 2009

-0-



Nadie elige nacer; no nos preguntan, ni siquiera nos lo notifican.
Nadie elige tener el cuerpo que tiene, la casa ni los padres.
Y por no ser dueños de nosotros mismos, casi no elegimos ni nuestra propia esencia.

Yo, si pudiese, escogería tener alas, nada más. Poder alzar el vuelo e irme lejos, donde el sol sea lo más brillante que me rodee, donde las altas presiones entumezcan mis asquerosos neurotransmisores, en los cuales está escrita la palabra imperfección, como en cada poro de la maldita piel que delimita mi yo con el del resto de las personas, que hace que no pueda fundirme y desaparecer.

Que se me escapa la imperfección por la boca, por los ojos, por el aire.
Se escapa, se esparce.
Lo más fácil sería echarle la culpa a la vida, a la falta de oportunidades para elegir, y cagarla, como no. Fácil sería ser otra persona y juzgarme como hago siempre, pero siendo otra persona, que duele menos.

Fácil sería tener alas, y nadie a quien echar de menos cuando las nubes se abran para mí.
Eso sería fácil. Y cómodo.

Olvidar. Qué cómodo es el olvido... y no ser capaz de recordar quién soy, qué hice mal, qué anda mal. No recordar si me odio o me amo, si me asfixio o me ahogo.
Quién eres tú, y quién soy yo.
Y por qué lloramos.
Ya no lo recuerdo.

Sé que esto no puede ser bueno, sé que no puede ser agradable.
Sé que duele, y no sólo a mí.
El problema es que me gusta, que lo necesito... Si es este dolor u otro, prefiero que duela y pueda ser feliz.

"Cada vez que algo ha ido mal..."
Nada, esta canción no es para mí.

Gomen ne, Yuu

martes, 17 de marzo de 2009

Romeo loves Juliet


Celos.
Uno de los sentimientos más fascinantes del mundo.
Se trata de una muerte y resurrección, un paro cardíaco, una alerta roja, un naufragio en la orilla.
Los celos hacen sentir que se pierden sentimientos; es la alarma que salta ante la amenaza de una pérdida.Consiste en una muerte monotorizada, en un posterios pánico similar al experimentado por Romeo al regresar y encontrar a su hermosa Julieta exánime, postrada y con el aliento arrebatado de los labios. Podemos imaginar la desesperación que atenazó su cuerpo, desde la columna vertebral hasta los dedos de los pies; casi somos capaces de apreciar cómo, durante unos instantes, nuestro héroe deja de respirar, intentando emular la situación de su amada, llamando, de rodillas, a las puertas de cielo para arrastrarla a su brazos de nuevo, al centro de la tierra. Sí, podemos escuchar el eco de su llanto desgarrador, de su grito agónico.
Casi nosotros mismos queremos quitarnos la vida por tal causa ajena.

En eso consiste la experimentación de un sentimiento como los celos: el temor ante la temida muerte de lo amado, la reproducción fugaz de un mundo sin aquello que nos proporciona un dosis, tan constante, tan nimia, de felicidad, que nos proporciona, sin ser conscientes de ello, una perenne sonrisa. Su pérdida supone, por lo tanto, un duro golpe que nos transporte de nuevo a la realidad, sumidos en una nueva verdad reveladora, en un sentimiento elevado a su máxima potencia, en el resurgimiento de un calor que, con el uso y el tiempo, habíamos olvidado poseer, desarrollando inmunidad a él como desarrolla el corazón inmunidad a las partidas.



Nos encontramos, entonces, ante una escena que nos puede llevar, en un acto de demencia, miedo e imprudencia, a quitarnos la vida y perecer junto al lecho de nuestros sentimientos, sin llegar a ver despertar a la bella Julieta de su eterno sueño, y redescubrir lo dulces que eran sus ojos y lo reconfortante que resultaba su sonrisa. O, lo que es peor aún, observar el renacer sintiendo la vida huyendo a borbotones de nuestro cuerpo, por nuestra herida mortal.
Otras veces, en cambio, el breve receso del palpitar del corazón finaliza, dejando el gélido aliento de la parca suspendido en nuestra nuca; y tras la indescriptible alegría de ver levantarse los párpados del ser amado, el color del mundo cambia y olvidamos tantas cosas que incluso nos cuestra recordar cómo se conjuraba y ordenaba cada letra de un "te quiero".
Durante un breve periodo de tiempo volvemos a amar, a sentir y a latir.
Cobra vida la hiedra seca y se elevan las montañas en su rugido.

Y, después, descubrimos, en la calma, cuánto añorábamos la tempestad.

Hay quien ama por celos, hay quien muere y quien mata. Y, al final, ¿qué son los celos sino la máxima expresión de un sentimiento surgido de la fuerza ante la derrota definitiva?

"...His lips caress your skin...
it's more than I can stand."

lunes, 16 de marzo de 2009

Roxanne




Why does my heart cry?







Se trata de abusar de los sentimientos.


Y pensar en por qué siento lo que siento.
En qué coño siento.

viernes, 13 de marzo de 2009

Wanna play?



La calle. Y de pronto anochece, el aire sabe a Sur y flota entre las farolas el olor a marihuana.
Un chico en bicicleta se gira y me sonríe.

Entonces me doy cuenta; le devuelvo la sonrisa. ¿Será tan bonita como la suya?
Le veo alejarse y recuerdo haberme concienciado de una nueva verdad.
Joder, cómo echo de menos jugar a ganarme el amor, las miradas y las noches. Cómo echo de menos sentirme elegida entre toda la humanidad, sentir que el mundo se centrifuga en mi ombligo, y la nieve cae en torno a una botella de alcohol.
Echo de menos... no sé, a ti en general, que estás tan cerca que te noto lejos.
Pero no es porque estés cerca, creo que es que, de lejos, si algo fallaba, sería la vista, que nunca ha sido muy buena. A un centímetro, sintiendo tu aliento, me pregunto, atemorizada, si estarás cansado, si estaré cansada, si habrá para mí palabras. No, sé que no, y ahora me da igual.
No son palabras lo que quiero, no son besos, no son tratados de posesión de un corazón. Quiero actividad, quiero jugar, quiero ganarme una sonrisa.

Pero, cariño, cuando me esfuerce, dame mi recompensa, o acabará sucediendo como me pasa ya con los textos... que me canso de escribir, y jugar sola, sin premios, ni medallas, ni derrotas.

Quiero sentirme como cuando jugaba, como cuando volvía corriendo a casa, como cuando se me iluminaba una noche.

¿Será que hace tanta luz que la mínima nube me sume en la tiniebla?

Wanna Play... Again?

jueves, 12 de marzo de 2009

Presente-pasado-futuro

"Después de dos meses de dolor, se produjo finalmente el milagro: el hambre desapareció, dando paso a una alegría torrencial. Había matado mi cuerpo. Lo viví como un victoria asombrosa.

La anorexia fue una bendición para mí: la voz interior, subalimentada, se había callado.

A decir verdad ya no sentía nada.
Fue un respiro: había dejado de odiarme a mí misma.

Fuera de esos raros momentos de lucidez en los que se me aparecía el lado sórdido de la enfermedad, me vanagloriaba de ella. La inhumanidad de mis condiciones de vida me inspiraban orgullo.
Me repetía que era bueno actuar contra mí, que tanta hostilidad hacia mí misma me resultaría saludable."

A. NOTHOMB
"Biografía del hambre"

miércoles, 11 de marzo de 2009

Sanctuary


En la ducha, donde suceden la mayoría de las revelaciones esenciales de mi vida, bajo la cabeza, dejando que mi tormenta personal descargue su chaparrón en mi espalda, haciendo cascada en la clavícula, creando un oasis abstracto que muy pocos son capaces de apreciar.
Observo mi abdómen. Las costillas insisten en su colonización aquí y allá. En el centro ¡sorpresa! un movimiento inesperado atraviesa el vaivén del agua que cae en esporádicos torrentes. ¿A dónde irá la que no veo caer?El corazón late, más rápido de lo que lo siento yo, a empujones con la respiración por el gobierno de mi vientre.
Pienso un poco en todo, y otro poco en nada. Mi mente funciona en un veinte por ciento.
Pero aunque llore o ría, bajo el agua cálida no puede alcanzarme el frío.
Este ahora es mi santuario.

Comienza el ritual de invocación a la primavera, donde el sol borrará la culpa y acentuará el deleite de las drogas; donde las duchas no necesitarán envolverme en su aliento de bruma para mantener mi cuerpo con vida.



Una vez sobrevivida la hibernación, toca descorchar una botella de ambrosía.




Pienso en ti, de nuevo, en la ducha. Y aquí no puedo sentir el frío que deja la ausencia de tus manos.

martes, 10 de marzo de 2009

Wolfs.




Al pastor de lobos le gusta que la luna no esté llena del todo, y el azul oscuro del cielo; le gusta la poesía arítmica de los niños, y el pelo nudoso de las ovejas, la tierra humeda y la hierba seca.
Le gustan los campos de trigo y las jovencitas que bailan en la plaza del pueblo, ajenas, la mitad de ellas, al echo de que esa noche serán devoradas.

El pastor de lobos tiene los ojos oscuros, las manos cálidas, grandes; el pelo revuelto y la nariz recta.

El pastor de lobos ha salido temprano esta mañana; algo en el viento que viene del este le dice que esa noche la tierra se empapará de sangre, y cuando eso ocurre los primeros culpables siempre son los depredadores: los lobos.

lunes, 9 de marzo de 2009

New morning

Suspiré sobre la ensoñación de tus labios; crecíamos, sin darnos cuenta, y nos íbamos cansando del frío.
Volvía a imaginarte de nuevo durmiendo, creyendo que puedes ser capaz de cumplir todas esas promesas que yo se que no hay tiempo, ni ganas, ni oportunidad de dar a luz. Repetía la evocación de tus manos; la invocación de tu voz, en respuesta al cuento que toca esta noche, y tú no recuerdas, y yo me invento.

Quién podría querer otro sitio? O quién proponer una salida, una alternativa?
Pinto frases con fuerza, sobre los muros de una ciudad de noviembre, nublada, a las seis de la mañana, mientras todos duermen... lo que es más importante, mientras TÚ duermes. Palabras en mayúsculas, de colores, con tizas; las mías.

Amanece tan en calma, tan azul y gris que tengo ganas de llorar, porque no sé en qué estarás pensando, ni con quién soñarás. Peor aún, porque no estaré ahí para cogerte de la mano hasta que abras los ojos; para despertarme contigo si te asolan las pesadillas.


"Que tengo ganas de llorar, porque no estaré ahí antes de que el sol te acaricie con su lengua".

domingo, 8 de marzo de 2009

M.

Joder, como me gustaba la noche,
si salía la luna.
Y cómo me gustaban las tormentas,
vistas desde casa,
arropada por una manta.
Recuerdo cómo me derretía en primavera,
nada más amanecer las mariquitas.
Cuánto me gustaban las miradas, si venían de ti,
si eran sólo mías.

jueves, 5 de marzo de 2009







"Y tú ni te das cuenta,
pero yo lo noto todo."


miércoles, 4 de marzo de 2009

Bath


En la ducha, exhalando los vapores como un líquido veneno que inundaba sus pulmones, pensaba en la conquista del mundo, intentando evitar así preocuparse por el aspecto de sus dedos, más morados que humanos.

No le gustaba el color del cielo, no estaba conforme con el olor del mar y el sol del mediodía le quemaba el paladar.
Y sus manos estaban siempre frías.

Además, sabía que cuando muriese, nadie tendría nombre que tallar en su lápida.

Como mucho un número... Una espiral.


...have too many names for me.

martes, 3 de marzo de 2009

To know-knew-known



¿Sabéis? Me invade el pánico cada vez que borro algo que he escrito. Es como la inminente demostración de mi atrofia cerebral paulatina... y ya no sé escribir cosas que hagan encogerse el alma, si es que "ya" es un adverbio adecuado para mí, que ni siquiera estoy segura de haber sabido escribir alguna vez. Se me está escapando mi salida favorita, mi única salida, por elección propia... se me escapa.
También se va el tiempo, rápido... y comienzo a intuir que no tendré ni tiempo ni valor para hacer todo lo que quiero, para viajar, y disfrutar de la luz de los viernes de verano, y de lugares que deben de existir, porque si no los hay, si no los veo, siento que me muero. Quiero reunir todos los colores, olores y sonidos que me llevan tan tan lejos, y marcharme algún día sin remordimientos, sin ganas de llorar ni de mirar atrás, marcharme para aprender a ser alguien.
Pero, el tema de siempre, siento que no me da tiempo, que se me escapan a bocanadas las opciones, los escapes, las virtudes (si es que las hay, las hubo). Es por eso que pienso que ojalá no tuviera que llegar el día en que sepa que me perdí, que rompí mis sueños de ahora, de ayer, que rompí mis propias promesas, igual que otros rompen las suyas.
Llegar el día en que llore pensando que he fracasado, que me he mentido, que he desaprovechado la única vida que me fue dada, y que entonces ya será demasiado tarde.

No quiero saber que todo irá cuesta abajo, que nada será tanto como ahora. Y ahora que es todo, no sé escribir, no sé decir, no sé nada.

Cartas, palabras y guiños escritos y gritados para otras personas.

NO-QUIERO-SABER.