La anorexia fue una bendición para mí: la voz interior, subalimentada, se había callado.
A decir verdad ya no sentía nada.
Fue un respiro: había dejado de odiarme a mí misma.
Fuera de esos raros momentos de lucidez en los que se me aparecía el lado sórdido de la enfermedad, me vanagloriaba de ella. La inhumanidad de mis condiciones de vida me inspiraban orgullo.
Me repetía que era bueno actuar contra mí, que tanta hostilidad hacia mí misma me resultaría saludable."
A. NOTHOMB
"Biografía del hambre"
"Biografía del hambre"
2 comentarios:
Tantas guerras por vencer, tanta batallas por librar.... pero solo existen dos caminos rendirse o ganar.
Y saber que nuestro peor enemigo somos nosotros mismos!!
Ángel!
en fin...
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