domingo, 26 de mayo de 2013

verso segundo.



Supongo que todo esto viene 
del hecho de que no me gusta la persona que soy.
Y todo lo que hago para ser mejor
acaba confirmándome el verso segundo.



Vestal

Si abres el corazón,
las piernas,
y sangras
una primera vez
quedarás maldita,
marcada,
condenada.

Es la herida por la que entran los fantasmas
por la que se escapa la llama.
Y arde el templo.
Querían que no se apagase la hoguera,
ahora me tienen de antorcha humana.
La sangre de cada latido
riega el suelo,
alimenta el fuego.

Lapídame,
separa el corazón del alma
entiérrame con vida,
porque rompí los votos
por clamar al cielo
y ahogarme en otro cuerpo.

Que las vestales deben mantenerse
vírgenes,
puras,
con el pecho intacto
y envueltas en cintas rojas
y velos blancos.
Y si permites un latido de más
quedas para siempre
enterrada en vida.


Pandora



Y siento que me rompo por dentro.

Me siento rota
sola
e inútil.

Y aun así aquí estoy,
golpeando,
latiendo.








Estoy triste.





sábado, 25 de mayo de 2013

A war in my mind






Cuando la guerra está en tu mente y el enemigo eres tú no hay escapatoria. Puedes correr, todo lo rápido que puedas. Llegar lo más lejos posible. Dejar atrás el campo de batalla y olvidar que estás en guerra entre jadeos y sudor, entre noches cortas y otras pieles. Puedes huir del infierno que es el otro y quedarte sola al final del camino. Pero llegará un momento en que cierres los ojos, pares de caer. Y solo estarás tú, derrotada.
Hay que ser valiente. Hay que tener coraje y poner el corazón por delante. Y vencerse, y alzarse. Solo entonces podremos conquistar las cimas más altas, podremos curar desde abajo. Coger una mano y tirar de ella hacia nosotros, hacia nuestro pecho. Ganarnos a nosotros mismos hará que ganemos el mundo y consigamos curar incluso a los victoriosos.
Sienta bien ser fuerte dentro de la vorágine de pánico. Saber que los pies están anclados a este río que nos arrastra. Aceptar el destino y, desde la situación de vulnerabilidad, saber que puedes hacerlo todo. Que puedes más, que puedes lo que desees. Eres. Ves. Tienes el don y la maldición de los ojos. Qué hacer con ello y no permitir que las certezas te venzan es lo que te debes a ti misma.
Hay que avanzar, sin huir, avanzar tomando las riendas para desbocar al caballo por voluntad. Controlar el mundo, controlar que lo incontrolable siga siendo así.

En una declaración oficial de intenciones dictamino que soy capaz. Que soy. Que puedo ganar, y lo haré.
Que ningún protocolo puede contra la fuerza de mis manos. Que hay que ganarle el pulso a la realidad que nos quiere imponer la vida, para ganarnos. Hacer tu propio mundo, no creerlo, hacerlo.

viernes, 24 de mayo de 2013

Breve criatura


Sabes que tienes alas. Las notas en la espalda, erizadas.


Sabes que no puedes volar.


Te pesan en la espalda, cuelgan, inertes. Inermes.




Ves tu luz, sientes tu peso, tu carne, tus huesos.


Torre Quemada y su triste realidad: Estamos solos.
Tú tienes que cubrirte las heridas.





- ¿Qué dices? ¿Cómo que no somos nada?
- Como lo oyes.
- Pero yo soy real, mira, toca.
- Sí, sí, ya veo.
- ¿Y qué piensas de esta ropa? ¿No existimos? ¿Está la calle vacía en estos momentos, entonces?
- Nada, no somos nada. Esta calle está plagada de nada.
- ¿Y mi voz, que llena este silencio?
- Nada.
- ¡No será nada para ti!
- Claro, depende del valor que queramos darle...
- ¿Nada porque no estoy donde debería?
- Algo así. Perteneces a otro sitio.
- Que le jodan. ¿Quién eres tú para decirlo?
- Nadie. Tú. Nada.
- Psé. Que le jodan.





Que si tú eres la valquiria, nadie te besará cuando mueras.

Erreros

Somos erreros, erramos. Es nuestra actividad.
Moldeamos sin permiso,
con las manos, sobre una espalda,
a golpes de miradas,
insuflando con los labios
parte de nuestra alma.
A cambio queremos que nos moldeen,
con las manos,
con los ojos,
con los labios.

Estamos hechos jirones,
con mil lazos,
de mil colores,
de mil personas,
atados a nuestros harapos.

Lloras por tu propia vida,
por el color de tu mundo.
Tus propias certezas,
tus propias heridas.
Tú te las hiciste,
tú las alimentas,
les has puesto nombre
y rostro.

Hay que tener coraje
para decir la verdad,
para decírsela a uno mismo.
Coraje,
con el corazón por delante
para arriesgarlo todo
levantarse al caer
y seguir vivo mucho tiempo.
Porque errar es humano,
y la humanidad nos hace grandes
aunque luego nos mate.
Por eso somos erreros, y erramos.



Somos erreros,
cansados, sin forja,
alados.

Es esa sensación
de estar flotando en el agua.
La triste certeza de conocer el futuro.
Pobre Casandra
ella también erraba,
era errante. 


Es la primera vez en mi vida que tengo esta sensación de tener el pecho abierto, como un eco.
Una caja de resonancia.







jueves, 23 de mayo de 2013

Pasar

Alimentarse de luz.
No vivas en tu vida,
acompáñala,
eres su igual.

"Que le den" como filosofía de vida.

Que las heridas no son las que duelen,
cada uno se duele a sí mismo.

"Que le den" para ser feliz.
Vive el momento,
siente el presente.
Lo demás es ficción.

miércoles, 22 de mayo de 2013

coup de grâce

Toda mi vida la he pasado perdiendo gente.
Siento que a todos los maté yo.
Necesito que alguien me cubra los ojos,
que me saque de aquí
y que me jure que todo saldrá bien
que me quiere, que me cuidará,
que ahora él se encarga
y que me de el golpe de gracia.

Nunca voy a escapar de mí misma.
Quería ser vista y cuidada
como creí que yo veía y cuidaba a los demás.
Pero echando la vista atrás
solo tengo un camino de cadáveres
que me acusan de no dejarles más
que el remordimiento
de haber visto nacer
la luz sobre su soledad.
Soy la que te da la vida y te quema la sonrisa.
La que te besa y se va de madrugada,
cuando más frío hace.
Y por eso tengo lo que merezco.

Yo ya tengo las tripas fuera,
yo ya he sido vencida en esta batalla.
No vengáis a decirme que no lucho
solo porque estoy aquí tirada,
mirando al cielo,
hablando de regresar a casa.
Lucho cada segundo que no estoy muerta,
lucho cada jodido segundo de mi puta vida,
porque yo siempre he sabido quién era.
Y si sigo aquí es porque lucho contra el destino
y contra la justicia.
Porque mala hierba nunca muere.

Si me dais más realidad me ahogo,
porque la llevo ya hasta el cuello,
aunque en lugar de agua me esté asfixiando
con el tallo de una flor.
Da igual.

No merezco nada bueno,
y de lo malo lo tengo ya
todo controlado.
Y lo que parecen destellos de despertar
puta compasión
solo son gritos del que no muere
y lo único que quiere es
ser vencido,
el golpe de gracia(s).



no llegar



Porque ese miedo a volverme loca
venía de estar aplastada contra el asfalto
de la realidad.

Y vivo toda la vida dando pena,
en silencio
para ver si alguien se compadece de mí
y me da el golpe de gracia.



El que no se fue

De esos tres segundos en los que me vacila la sonrisa,
y todas las certezas que me hacen fuerte se derrumban.
No queda nada, ni siquiera la carne.
Nada a lo que agarrarse.
Soy el polvo de unos huesos que tiemblan de frío.
El cadáver que nunca fue llorado,
velado.
Soy justamente lo que soy,
valgo lo que soy.
Nada más.

Sin máscaras,
sin pretensiones.

Con las manos manchadas de sangre,
con la vergüenza de haber sonreído.
Saber que soy egoísta,
que impongo mi mundo,
que trago vidas, las mastico,
las escupo.

Y por eso no puedo permitirme ni la más mínima duda.

El que no se fue,
el pánico.
No lo maté, solo está enterrado
bajo toda la luz que pueda invocar.
Y por eso sale en cuanto cierro los ojos.

Llevar al enemigo dentro
da malos sueños
y ese pánico constante
a ser descubierta.

Pánico, quieto,
silencioso
durante el día.


Cuando estás cayendo
solo necesitas 
lo que no mereces.

Castigo o salvación,
pero no perdón;
el perdón es el tipo más cruel de tortura.

Buena para nadie.

la luz

Se siguen barriendo las calles,
seguimos incorruptos,
invencibles,
invulnerables,
inmortales.

Ganas de ser tocada.
Piel expectante,
piel divertida.

Sexo, o no.
Da igual.
Espacios pequeños,
no se necesita más,
un cuerpo.

La música combate el destino,
los domingos.
Tú eres música,
divinidad adolescente.
Que no se apague el fuego,
las almenas,
la torre.
Que no se apaguen.

Colmenas.

Ver, ser visto.
Ser tocado.
Laberintos y colmenas.




Esa gente que sonríe siempre,
aunque no sea con los labios.

nada que perder


Andar más lento, para que no pare la música.
Tengo ojos grabados en la retina.
Leo mentes.
Sonrío.
La luna no era tan fría.
Planes de noche.

martes, 21 de mayo de 2013

De ecos




La vida, cuando pasa lo hace como si no te la creyeras. Las mejores cosas de la vida son surrealistas. Son aquello que siempre quisiste hacer y nunca te atreviste.
Hay que brillar, que no haya humo indicador de que estás en llamas. Antes de que te des cuenta, antes de que puedas hacer nada, flamígera, cenizas. Todo habrá pasado, lo creas o no. Lo bueno, lo malo. Lo creas o no pasa, y casi nunca nos damos cuenta.
Los días son extraños. Las noches son extrañas. Mi reflejo me es extraño. Las personas son extrañas.
Simples y extraños. Simplemente extraños. Extrañamos.

Esas horas muertas que se llenan de no sabes qué. Atrévete a beberlas. Puedes hacerte pequeña, gigante. Pone: "pruébame". "ponme a prueba". La vida pasa como si no fuese tuya, como si nunca te hubiese pertenecido. Ni a ti, ni a nadie. La ves pasar. Eres tú escapándote entre tus dedos. ¿A dónde irás?
Seguro que te han invitado a pasar una noche fuera. Una vida. Eres el alumno díscolo de tu propia Academia. El maestro díscolo.
Le gritas a todo el mundo, con las manos, con los ojos, con la forma de los labios, que te has ido, que una mañana amaneciste sola, y no sabes a dónde fuiste. Pero no puedes hablar, no es un maldición, no es un problema físico. Simplemente no puedes. Quizás también se fueron las palabras de auxilio. Quedo yo, echándome de menos. Queda esta vida que dejaste (dejé) atrás también. Quien sabe si hiciste (hice) una nueva en sábanas ajenas. Ojalá que sí.
Yo algún día, algún amanecer de octubre, me iré también. Dejando el cascarón vacío. Este cuerpo al que le pasara la vida como si no se la creyese. Seguro que ese día el surrealismo llama a mi puerta, alguien que no tendría que estar ahí está, viene diciendo cosas que no tendría que decir.
Así funciona la vida cuando vivimos y somos sorprendidos. Devorados.
Quizás ese día, días después, miles de días, nos reencontremos, volvamos a ser una. Yo. Te daré mis ojos, me darás tus sueños.

Las mejores cosas de la vida son esas que son surrealistas. Cuando pasan no estás tú en tu cuerpo. Estás fuera mirando. Es una historia. Eres otro, como yo, fuera, somos dos, pero una se fue.
Después de que ya hayan pasado las recuerdas como si fuese una película. Sabes que pasó porque quieres recordarlo así. Podrías recordarlo como una ilusión. A tu corazón le sabría igual. No nos creemos nuestra vida cuando por fin la vivimos. Hemos pasado demasiado tiempo a oscuras.
Últimamente no vivo aquí, en mi cuerpo, vivo más arriba. Sobre mi cabeza. No sé a dónde voy. Todo pasa en la película de mi vida. Vivo de ecos.

Se alquila habitación.

lunes, 20 de mayo de 2013

¿quién es quién?

La lengua, cálida,
se intenta abrir paso entre los labios,
los dientes,
una lengua ajena.
Las pestañas caen,
suben y bajan.
Se intercambian alientos,
esencias.
La luz,
su ausencia,
llena los huecos
entre piel y piel.
¿Quién es quién?

Las manos, recorren el mundo,
centímetro a centímetro.
Se desbordan por la cama,
lindes de la civilización.
Esperad vuestro turno,
agazapados.
No pensamos volver.

Los seres sobrenaturales nos son humanos,
son como demonios,
de lengua cálida,
ajena,
que se quedan por las noches,
en los huecos de la luz,
de la piel.
Quieren sentir la sangre
bajo tanto que lamer.
Quieren saber que el corazón nos mantiene aquí,
en pie,
agarrados unos a otros.
Se intercambian los alientos,
parte del otro entra en ti.
Pierdes parte de ti.

Las pestañas apuntan alto.
Subes, bajas.
Tu piel está sola o es otra.
Agárrate a la carne
¿quién es quién?



valor


Valor,
ten valor.


domingo, 19 de mayo de 2013

Nadie sabe

Ride

La vida, las personas, las ciudades,
todas tiran de mí, hacia un lado, hacia otro.
Las luces, de noche,
el frío,
los trenes,
las camas ajenas,
propias.

Todas tiran de mí,
van haciendo mi camino.

..

Las valquirias cabalgan a lomos de gigantescos lobos.

Las valquirias viven cerca del cielo,
y bajan al campo de batalla a vencer;
son inmortales.

Las valquirias son humanas, son deidades, son guerreras, son princesas.
Son las que besan a los caídos con gloria, y los llevan al Valhalla.

..

Cuando no hay nada,
solo queda seguir adelante,
correr, caer, correr.
Construir tu propia vida,
tu propia sonrisa,
tus propias caricias.

Soy entera,
aunque no tenga más que desgarros
y cenizas.
Más que cosas rotas, y luces parpadeantes.
Soy entera
y soy mejor,
más grande.

Nunca has visto estas alas, ni esta sonrisa, ni estos ojos.

Nos liberamos de las cadenas,
de las fronteras,
de los muros.


La piel, desnuda, es la mejor armadura.



Puedes venir y te daré,
pero nunca se es dueño de lo que no se ha entregado primero.
Por eso tengo tantos agujeros.

Tierra


Yo soñaba cada día poder alcanzar la playa
Y ahora está tan cerca, casi ya la puedo oler
Y espero cada vez más próximo al final
Ya puedo sentir tierra seca tras la arena mojada

Y no me da la gana de pensar que nada es para siempre
Si esta canción se acaba que acabe el mundo para todos
Todos somos nada sin las palabras dime qué nos queda

Y vuelven algunas rimas a mi mente cansada
Partes de guiones que creía olvidadas
Melodías que una vez pensé que iba a perder
Se tornan ahora bellas y valientes sinfonías

Y hace tiempo que yo ya me fui, yo siempre me estoy yendo
Pero siempre estoy contigo, aunque aveces pienses que no hay nada
Cuando me quedo mirando como si estuviera ausente
Es porque estoy viajando, no pienses que voy a perderme

Sí, ya sé que el mundo seguirá girando cuando ya no quede nada
Y nosotros vaguemos por la historia como simples hombres solitarios
Reyes que perdieron todo, todo lo que tanto amaban por quererlo demasiado

Y lo intento cada día ser todo lo que había imaginado
Y me encuentro que la vida siempre tiene algo preparado
Que supera cualquiera de mis fantasías
Nada comparado con lo que realmente sucedía

Yo soñaba cada día poder alcanzar la playa



sábado, 18 de mayo de 2013

La vida es una puta carcajada. Un orgasmo. Robar y correr.

Hay momentos en la vida en los que tienes que decidir si vivir a salvo y tranquilo o romperlo todo y tener siempre sobre los hombros el peso de querer morirte y el de querer vivirlo todo.
Si decides romperlo todo, estarás donde estoy ahora: perdido y sin nada real, porque nada es tuyo salvo tu vida y las personas a las que tú te entregues (que te pertenecen en la medida en la que tú formes parte de ellos).

Un día de pronto te levantas y las horas de los días carecen completamente de sentido. 
La primera vez que eres libre después de mucho tiempo te sientes solo, lo estás; nadie estará ahí un viernes doloroso a las cuatro de la madrugada. Nadie hace su vida cogiéndote de la mano, nadie tira de ti. 
Cuando rompes tu vida, y te quedas mirando las cenizas, esperando ver al fénix renacer, puedes morir congelado. De las cenizas sólo sale nieve ficticia. De esas cenizas solo saldrá el frío que hay cuando el viento te penetra. No quedan muros, no quedan muebles, solo estás tú, más real que nunca. 
Ni siquiera hacen falta espejos para ser consciente de uno; hay que vivir tirando de uno mismo, endureciéndose, perdiendo la magia, perdiendo la luz que quería cegar a todos cuantos te mirasen. Hay que correr, cuesta abajo, cuesta arriba. Correr. Hay que dejar de echar de menos los besos, dejar de añorar ser especial; dejar de echar de menos que te vean, que te miren, que sepan quién eres. 
Hay que hacerse de uno mismo, ser tu propia armadura. Para no romperse de tristeza un viernes por la noche, un sábado a la tarde, un domingo a la mañana.

No soy imprescindible, no soy más que lo que queda cuando cierro los ojos y no puedo dormir; y muere de remordimientos y de ganas, de vivir, de ser avasallada. 

Y aún así siento que no puedo dejar de creer antes que de crecer. Que no quiero volverme dura, no quiero llevar armadura. Quiero ir desnuda, con el vientre abierto, para ser tragada y apaleada, para sentir. ¿Se puede sobrevivir a la caída? ¿Querré seguir viva cuando pase? Sólo sé que no queda más que correr y correr; que por mucho que otros corran también llegarán noches en las que esté solo yo, y tenga la certeza de que no saldré de esta, de que este corazón, este pecho desgarrado tiene los días contados. Es el precio a pagar, por correr, sin muros, sin alas, gritando, cantando, llorando. Por correr así, abierta. Cógeme, cómeme, déjame, no me veas, no me quieras. No lo necesito. Sé que acabaré rota y quizás después dura. Da igual. Así es la vida, así soy yo, prefiero morir a perder esta luz que fue un regalo. 
Aprovechemos ahora que sé cual es el fin.
Corre, cae, tropieza, ríe, roba.

certezas.

No queda nada.
No tienes nada.
No eres nada.


Y lo peor
es que vas a tener que vivir
con la certeza
de que esto es así
porque tú quisiste romperlo
todo.

viernes, 17 de mayo de 2013

Alquimia

La casa está preciosa con su luz de primavera húmeda. El pasillo está dorado. Huele a gente que duerme tranquila. Es triste, duele. Si lo miro demasiado, si lo respiro durante mucho tiempo, me romperé en pedazos, sin movimientos, sin sonidos, sin explosión. La carne seguirá unida a los huesos, pero las heridas no se curan nunca, no se olvidan. Seremos cadáveres rotos, rasguñados, apuñalados, desgarrados... Simplemente un día nos deja de importar.

A veces lo único que queremos en la vida es alguien que nos coja de la mano. Que no nos suelte. Ya nos curaremos nosotros, pero que no nos suelten, por favor, que no nos suelten. Prometemos mejorar, prometemos dejar de hacernos daño, avanzar, vivir, reír. Solo queremos una mano, que nos toque, que nos haga reales, que nos crea, que nos cree. Alguien que nos vea mejor de lo que nos sabemos, que nos quiera en las partes que nosotros no somos capaces de querer.

Y sin embargo estamos solos; hay una pequeña parte de nosotros que siempre se siente sola. Y de pronto alguien nos ve, nos mira. Quizás no haya manos, quizás no haya palabras. Pero se enciende una vela, en la ventana contigua, en otra casa, en otra vida. Alguien que también está solo enciende una luz, y esa soledad se desvanece, se vuelve volátil, se vuelve clara, y sentimos esa mano, esos ojos, esa otra persona que puede llenar nuestros huecos. Y sin embargo estamos solos.
Cuando cerramos los ojos, cuando dormimos, vivimos, solos. Porque hay que estar solo para conocerse, para curarse. Porque de todas maneras la luz al otro lado de la ventana llega fría a través del cristal. De nuestro cristal. Que las barreras, la ventana, es nuestra, y al otro lado está la vida, sin barreras, sin fronteras, sin nada gélido, nada que se interponga entre nosotros y los otros. 

Yo golpeo, golpeo, sé que hay una salida, siempre la hay. Y mientras golpeo el cristal, este me devuelve mi reflejo sufriendo.
Ya me curaré yo, pero que no me suelten.





Nunca solos del todo,
y nunca completamente acompañados.

jueves, 16 de mayo de 2013

ride of the Valkyries

Nadie podía adivinar lo que se cocía bajo el asfalto. Todos iban y venían, con sus miradas vacías, con sus sonrisas porque-sí, con sus vidas bajo el brazo. Yo pisaba fuerte, el asfalto, con mi mirada vacía, con mi sonrisa porque-sí y con mi vida bajo el brazo. A veces me gustaba imaginar que llevaba alas a la espalda; no servían para volar, pero pesaban, las arrastraba. A veces me gustaba imaginar que estaba loca, o cuerda. Que otros me veían. Jugaba a ver a otros, a señalar su vida bajo el brazo, a imaginar su casa o qué hacen cuando se quitan los zapatos. Si eran felices como yo o hay otro tipo de felicidad, una mejor.
Nadie podía ni imaginar cómo era la realidad: un guisante apartado en el plato de arroz chino tres delicias de un niño de ocho años. Qué injusto era que no tuviese buena voz, para poder cantar en lugar de sentir.
Había que resignarse. Habría que pisar fuerte sobre el asfalto que cocía, que nos cocía. Nos están cocinando, vamos a ser devorados.

Y un día de pronto la locura lo inunda todo, lo nubla todo con una claridad deslumbrante. De pronto piso fuerte, no miro, veo; mi sonrisa está llena de lo que nos devora: cosas tristes, cosas bellas. Y llevo la vida enredada en el pelo.
Nadie podría haber imaginado, viendo esas fotos de cuando era apenas un bebé, que algo tan simple acabaría tan perdido, tan fuerte, tan frágil. Me rompo, me gusta. No voy a parar.


miércoles, 15 de mayo de 2013

Corte de vientre

A la vida se la invoca.
A sentir esto.
Las sonrisas que cuelgan,
la desconfianza que golpea.
Pero también el pecho demasiado lleno,
labios demasiado escasos para tantas sonrisas.
Esta sensación de querer dar,
de hacer mejor,
ser mejor,
mejorar.
Que otros lo sientan,
correr desnudos, fundir las armaduras
y hacer con ellas perchas.


A la vida se la invoca.
Al amor se le invoca.
A la risa se la invoca.


Vivir es un acto de valentía.
Es un seppuku,
abrirse el pecho,
romperse los huesos.

Vivir es desconfiar,
fallar, follar,
es quedarse sola,
es estar acompañada.

Aprendes a golpes,
aprendes a abrazos.
Más lo segundo que lo primero.
La vida te ha tratado bien,
te ha hecho mejor.
Mírame,
¿no estás orgulloso?

No tengo manos
ni voz
para devolver lo que se me ha dado,
no tengo ojos para mirar como se merece cada regalo.


Nunca se sabe si hacemos lo correcto,
si el camino lleva a un cielo
o no.
Solo andamos, andamos,
hacia delante;
caerás,
morirás,
lo sabes y no puedes huir de eso.

Así que agárralo fuerte,
hazte de ello,
ámalo,
y Vive
por encima de todo,
por encima de ti,
por debajo de cada carcajada.
Vive, o vive,
ríe o Ríe.
Decide.

Toma el control de tu vida,
toma las riendas
y decide.

Yo quiero ser caballo desbocado,
espoleo,
espolio.


os quiero,
con todo, con todo lo que se puede querer.
os veo,
y os quiero.

martes, 14 de mayo de 2013

Casa de luz

Lo miro todo. Quiero tragar el mundo por los ojos, llenarme el estómago de ideas, de colores, de sensaciones. Lo siento todo antes que pensarlo, porque la mente es un filtro.

Los domingos son una sensación, las noches de fiesta una canción, una imagen. Nada debería tener nombre, o al menos no solo uno. Yo quiero ser tormenta, libélula, marea y cerezo. Tú eres arena, sol, cuerdas y humo. Y tú hierba, mantas, lluvia de verano y puerta. Así deberían describirse las personas, sentidas antes que nombradas, no somos propios, no somos una cosa, no somos y ya.

A veces necesitamos una luz en medio del mar. Una puta luz, como si la luz pudiese salvar vidas.



breve resumen existencial





Tengo miedo de volverme loca,
siempre lo he tenido.

Estoy bien,
me siento libre.








lunes, 13 de mayo de 2013

Tango

El espíritu de una polilla habita entre mis libros.
Si les tocas las alas no pueden volver a volar.
Sus alas son su corazón,
pero ellas no tienen alma.
Las polillas son mariposas de noche,
no son lo mismo, pero solo porque no podemos verlo.

Son como lobos
aullándole a la luna,
con las estrellas.
Si les tocas el pecho no pueden volver a respirar.
Ahí guardan el corazón,
pero un verano largo les comió el alma.

Las libélulas pasan la mayor parte de su vida en el agua,
dormidas.
Cuando eclosionan vuelan sin descanso,
no pueden posarse,
hasta que mueren.
Queman la vida, despiertan.

No tienen nada que ver los unos con los otros,
salvo que son libres,
y viven enamorados, de la luna, de las llamas, del agua;
y probablemente no se conozcan nunca.

Las libélulas son guerreras y durmientes.
Las polillas son damas de noche.
Los lobos son solitarios compañeros.
Si los coges los rompes.
Pase lo que pase mueren,
morimos.

Cada uno decide el motivo.






Algunas polillas se inmolan en las llamas.
Ícaro.

domingo, 12 de mayo de 2013

No es especial, es único.



Siempre vamos a ser eso que somos cuando estamos solos, en la cama, en silencio.
Esa persona que arrastra las cadenas por los pasillos, ese espectro que se mira al espejo, y se gusta y se odia.
Siempre vamos a ser los derrotados, los inseguros, los menos.
Siempre odiaremos esta parte de aquí, este pensamiento de allá. Y siempre veremos a otros mejores, y pensaremos que sobramos cuando hay tanta luz sobre el mundo y nosotros no somos más que llamas trémulas.
¿Qué tenemos nosotros, si estamos tan rotos, para que alguien se nos acerque?
¿Qué puede ver alguien donde tú lo ves todo tanto que duele? Mejor dicho, ¿qué no ve?

Enfocamos mal las preguntas.
¿Qué nos hace especiales? La respuesta es nada. Quizá el hecho de que siempre haya alguien por encima y alguien por debajo sea lo que nos hace únicos. Incluso cuando hay alguien al mismo nivel. No somos otra persona, por mucho que quisiésemos serlo o no, no lo somos. Cada uno vive consigo mismo, y es esa persona. Cada uno ve solo con sus ojos, y siente solo con su piel. Cada uno mira solo con sus labios. Y sonríe solo con sus manos.
Siempre habrá gente mejor y peor, personas más bellas, por dentro, por fuera; personas más feas.
Da igual, no seremos especiales, no seremos mejores, pero somos únicos. Y deberíamos vivir de acuerdo a esa idea.
Y sonreír más.

Porque no será lo que tú veas de ti lo que te de la luz, serán los ojos de otros.
Si nos paramos a pensarlo nunca somos completamente conscientes de nosotros mismos, a veces nos duele y a veces nos satisface nuestra existencia. Pero jamás somos objetivos. Hay parte de nosotros que solo pueden ver otros.


Cuando queremos queremos con todo, casi de cero.


Wild World

Esa sensación de que todo alrededor está roto. De desenfreno. De que al parar no sabremos dónde estamos, ni qué somos. Por eso corremos. Corremos.
Estamos cubiertos de heridas, de arañazos, de cicatrices, de barro, de hiedra.
Corremos, corremos.
Todo a tu alrededor está roto, está derrumbado. Son ruinas, son lágrimas.

Este mareo, esta forma de vivir rompiéndolo todo. Queriendo arreglarlo todo.

Estamos invitando al destino, a que nos marque él el camino. No podemos decidir. No queremos.
Saltas y te mata la caída. Corres y lo que cambia es el asfalto.
Vivir con el pecho abierto, para que alguien se lleve tus entrañas y decida qué hacer con ellas.
Vivir de esa manera, ramera, remando.

Y es que a veces la vida pesa, duele. Y no se puede hacer nada con ese sentimiento. Solo tenerlo dentro. Arrastrarlo allá a donde vayas, tirar de él.


Y sigues como siempre, evitando ciertos espejos,
buscando otros.
Pensando que puedes hechizar con los ojos,
queriendo tenerlo todo por no saber qué quieres
quién.

Con tanto para dar que no sabes cómo administrarlo.



Esa sensación de ser un terremoto,
un vendaval:
entras y lo rompes,
tocas, lames,
desordenas.
Y deberías irte, pero te quedas
porque estás enamorada de las ruinas,
de las antiguas civilizaciones,
de las leyendas.




Soy un desastre,
soy destructora.
Hay una guerra en mi mente
y yo solo miro surcar las flechas el cielo.
Que se maten,
soy amante de los restos.


jueves, 9 de mayo de 2013

Al final










Yo sé tu nombre.
Yo te he mirado a los ojos
y he sobrevivido.










Nemo

¿Y tú quién coño eres?
¿Y qué haces aquí?
¿Cuánto vales?
¿Quién decide
qué haces con tu vida mañana,
y al siguiente
y al siguiente?

¿Cómo se es libre?
¿Cómo se es?
¿Quién?

No somos nada, no somos nadie, ni somos de nadie. Somos esa persona que se sube a un autobús siguiendo la estela de otros. Esa persona que se agarra a las tablas de una casa ya habitada. Quien cierra fuerte los ojos e intenta dormirse pronto, antes de que del fondo del alma salga una voz.
¿Cómo estás? Cállate, déjame en paz.

Somos el eterno desconocido, el agua y sus misterios.

Buscamos que nos lean la mente y el corazón, que nos pongan nombre, que nos den forma; para poder huir así de tener que hacerlos nosotros mismos (y no es que no sepamos las respuestas, es que queremos nuevas).

No somos amos y señores, no somos avasalladores. Somos más bien devorados, avasallados. Nos tragan, nos encanta; pero pasamos sin pena ni gloria, como debe ser.

No somos nadie, no somos nada, de nadie. Ni debemos serlo. Algunas personas están para quedarse, para arreglar, para arraigar. Otras están para huir, para buscar, para gritar en mitad de la calle, en letras de canciones rasgadas, que quieren ser encontradas.

Otras, simplemente, están, perdidas. Siempre.


Va a subir la marea.
FUCK OFF

(pero qué mentira más gorda)


De acero soy de la cabeza a los pies
y  el cielo es solo un trozo de mi piel.

martes, 7 de mayo de 2013

Agujeros para respirar






Vivir es un acto de valentía, de rebeldía. Vivir en un entorno hostil, en tiempos de paz, es el reto que se nos plantea. 










"Cada uno consigue que le recuerden que está vivo como puede"
L. Nieve

lunes, 6 de mayo de 2013

año cero





húrgate








sábado, 4 de mayo de 2013

Todos tenemos una labor

Mi torre, de piedra, tiene caliente el corazón,
tiene piernas,
aunque no sean largas ni fuertes;
y aun sin brazos,
no necesita que la sujeten.

Se alimenta de sol
y miedos,
los muerde, los devora;
sabe que somos lo que comemos.

Le arde el cabello,
se espantan sus aves y ratones.

Mi torre ríe,
porque para llorar
ya tiene ríos.

No duerme, es una atalaya.
Pero no vigila,
un sábado a las nueve
no hay nadie:
casi ni está ella.

Y es que cada uno libra sus propias batallas,
con ayuda o sin ella,
estas solo
incluso cuando eres habitado:
si estás en guerra estás solo.

Mi torre no es mi soledad,
no es mi palacio,
ahí tengo mi silla, mi mesa y mi cama,
mi viento y mi sol,
pero no es mi palacio.
Cuando estoy sentada fuera de mi soledad,
estoy sentada en el exilio,
estoy sentada en un país de engaño...
Ese es mi palacio:
el mundo entero
que conquistar,
que no se alcanzará ni se poseerá nunca.
Todas las batallas acaban matándote.


más que nunca Valkyirie, Ophelia





Siempre se hiere,

y a veces hay que sacrificar a otros.

No hemos nacido para tomar
esas decisiones homicidas, 
si pudiésemos nos mataríamos 
una y mil veces;

pero sacrificar al otro nos dejaría
ese dolor de vivir,
habiendo sido derrotado.

Por eso soy la torre, 
por eso, si puedo, 
me mato una y mil veces, 
en campos de batalla ajenos.

Porque no se puede combatir la soledad de la piedra,
 ni el agua de los ríos. 
No puedes derribar fortalezas con tus manos,
con tus ojos
o con tus palabras
(no eres un héroe). 
Pero puedes ofrecer tu sangre para otro sol,
 porque tú ya tienes el corazón cálido 
y eso complacerá a los dioses.

Los héroes mueren por la gloria,
los guerreros, que antes fueron hombres
y antes soñadores
y niños,
pueden morir, volver a casa 
y morir
o tener el valor de morir perdiendo la batalla, 
pero venciendo.


Mi torre arde, 
se hace cenizas que se enredan en el pelo de todos los que salgan a la calle
un sábado a las nueve.
Mi torre ofrece su piedra, su carne,
hace lo que hay que hacer,
por ella, por ella
por ambos.

porque aún queda espacio para curar.


miércoles, 1 de mayo de 2013

Pánico

Tantas ganas de correr atrás.
Tan atrás que pases por tu primer amor, por tu primer día de escuela, 
por tu primera tormenta de verano y tu primer despertar acompañado de otros brazos,
por tu primer desengaño y por el último,

y llegues al útero, a la nada.



Así de atrás.




Te sientes mal,
sientes que has roto algo bonito
(no hay perdón para eso,
de nuevo).


Y no te quedan razones

Luces y sombras

Vamos, coño, que el suelo retumba bajo tus pies;
es tu propio terremoto,
un rugido
que sale del pecho y no de la garganta.

Tan fuerte que te obliga a caer de rodillas,
echar la cabeza hacia atrás.
Lágrimas que corren hasta la nunca:
es un camino diferente, nuevo
(y eso siempre asusta).

Estás tan perdida que te duele la existencia.

Luces y sombras no son dos cosas distintas,
son siempre luces o siempre sombras.
Las personas y las manzanas son dos cosas,
se pueden morder,
te pueden gustar,
pero son dos cosas totalmente distintas.

Es grito que nace de todo,
de ti,
puede hacer dibujos en la arena,
cambiar una marea,
pero no va a cogerte en brazos mientras duermes,
a desenredar tus hilos,
a asegurarte la vida.


Lo que más miedo te da es perder la fe en la vida,
perderte y perder el corazón.



"Y antes de hacer la maleta 
y pasar la vida entre andenes... 
deja entrar a los ratones, 
para tener quien le espere..."