domingo, 28 de septiembre de 2008

Half-Life

No quiero ser, estar, ni parecer. No quiero ni ver al verbo copulativo. 
Tampoco tengo ganas de volver a mostrar cómo soy. Ni de creer.
Estoy cansada de tener que luchar por cada horizonte, de adiestrar el corazón una y otra vez. 
Y éste no aprende. 
Estoy cansada de las mentiras, de las presiones y de los deberes. 
Estoy cansada de las apariencias, de las formas y de la escasez de mentes. 
Pasamos media vida preparando el terreno para un juego que siempre queda a medias. Pasamos media vida buscando un aliento que luego nunca es el correcto; media vida disculpándonos por cosas que no fueron culpa nuestra. Media vida ignorando nuestros errores -los que sí.que.sí-. Perdemos la mitad de nuestro aliento vital caminando cuesta arriba, subiendo escaleras para llegar y encontrar el tejado vacío; buscando el santo grial y descubrir su falta de contenido; encontrando esquilado al vellocino de oro. 
Gastamos, derrochamos y desgarramos nuestro tiempo, prometiéndonos el futuro y navegando en uno de esos charcos de la calle.
Perdemos la mitad de la vida intentando ser felices. Intentando que, lo que nos sobra, nos haga sonreír.


Y, entonces, la otra mitad de la vida...?
Esa... esa la pasamos durmiendo.

***
- No es que no, no es que si...
- Entonces qué es?
- Estoy pensando.

*...Yo más.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Antes de que sea demasiado tarde



Ojalá alguien me detuviera y me dijese: "No lo hagas".

Es lo que tanto tiempo llevo esperando.

Porque ya he llorado demasiado.
Y necesito pasar página. Aunque no esté dispuesta a asumir el final del cuento.

Ojalá alguien me detuviera. Después de prometerme que todo podía ser.

Resulta que nunca es suficiente. No para todos.

Ojalá alguien me detuviera antes de que llegue mañana y, por fin, me venge de mí misma, creyendo que puedo hacerle daño a alguien así.
Me he cansado de esperar como una tonta. Un año ya casi. Y aquí sigo. Como una tonta.

Si alguien ha de venir, pido que sea antes de que no me apetezca volver a creer.

"Es horrible, esos cuatro segundos de esperaque anteceden al cierre de la puerta. Esa silenciosa angustia, esperando que me retengas, o que vaciles lo justo para no partir. Sabes? No quiero sentir esto nunca más. No quiero."

Besos a todos.
Por aquí sigo. Echando por tierra -esta vez sí.que.sí- todas mis promesas.

Te quiero. Sí, a ti.


- Me tomaré esto como algo personal...
- Es personal, es tu vida.
- Sí, eso ya lo sé.

Soy como una suicida al borde del acantilado. Solo que éste es un abismo personal.
Y sólo puede dañarme a mí.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Perfect


Hoy he estado pensando.
Seré perfecta, para no tener que volver a llorar nunca. Para dejar atrás todos los días blancos, o azules. Para poder sonreír siempre y para tener el valor de salir de la cama cada día. Para olvidar a todos los sentimientos innominados y a todas las palabras prohibidas.

Esta es una de esas canciones que te hacen sonreír... y llorar. Te hacen llorar mientras sonríes.
Y te sientes mal.
Eso es lo que yo llamo hipocresía auditiva.
Entonces hay canciones que me hacen ser hipócrita. Demasiadas.

"Quiero ser perfecta, y que todo el mundo me quiera, para poder amarte sólo a ti"

- Nee, vamos a emprender el ascenso hacia el cielo, juntos.
- Me da igual a dónde ir, pero prométeme que iremos juntos.
- Te lo prometo.

martes, 23 de septiembre de 2008

En la puerta


Con los ojos medio cerrados.
Con la boca entreabierta.
Las pestañas haciendo las maletas.
Y tú a punto de entrar. O salir.
Para resumir, diremos que estás en la puerta.
¿Y entonces, yo estoy dentro o fuera?¿Me saludas o te vas?


La mano apretanto fuertemente el marco de madera, queriendo reducirlo TODO a astillas.
La otra mano mordiendo el pomo oxidado. Mordiendo el sabor del gélido metal.

Y tú me miras.
Trato de descifrar tus ojos, mirando a través de los míos.Trato de comprender, en los últimos ocho segundos -o en los primeros-, por qué temblabas con cada abrazo, o si eran casuales todas nuestras faltas cometidas.

Resumiendo, diremos que estaba demasiado oscuro como para saber si me guiñabas un ojo o, simplemente, parpadeabas para ver si desaparecía.

Ahí estás tú. En la puerta.


Sé que existe un lugar, más allá entre las estrellas.

- ¿Qué, que me dices?
- Pues, mañana si eso, te cuento con más calma.

Ushotsuki.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Worst than Sunday


La luz blanca del cielo.
La gélida luz blanca que destilan las nubes, me da la bienvenida.
Besándome la nariz y ambas mejillas; lamiendo mis labios con hielo. Mordiendo la punta de los dedos, amoratados, que, una vez han dejado de temblar, se sumen en un somnoliento rigor mortis.
T0d0 está blanco. Todo.

Mis ojos se mueven histéricos, empujando a las lágrimas para poder ver si alguien conocido pasa por entre toda esta gente blanca.
Alguien a quien agarrar del brazo, alguien a quien mirar a los ojos. Y simplemente decir:
"Necesitaba encontrar a alguien".
Pero todo está blanco. Brilla.

Siento un primer golpe en la garganta, como si mi voz hubiese decidido contraerse en un orgásmico espasmo sadomasoquista.
Luego otro golpe en el pecho, y comienzo a olvidarme de respirar.
Cada exhalación quema, hiere. Y cada mirada a la nívea blancura de TODO araña desde la garganta hasta las entrañas.

Comienzan a pesarme las piernas, y siento ganas de dejarme caer, y besar las piedras hasta que mis rodillas de fundan con el asfalto. Busco a la desesperada una mano que no va a llegar. Por eso lloro. Y esta vez, lentamente, tengo tiempo de contar las lágrimas.
Una.
Dos.
Tres.
Es increíble la destreza que he adquirido de llorar por un solo ojo, el del lado que me tapa el flequillo.
Así, llorando a la deriva, mientras me pregunto cuántas veces le habrá pasado esto a alguien, o si seré capaz de dejar de llorar, llego al portal donde, la música en mis oídos, y después yo, pedimos a gritos que alguien nos ayude.

Se hace el silencio.

El infierno ahora es sólo humo.

***

Esa sensación de tener que pagar con intereses los despertares de luz. De saber que, cada carcajada, cuesta trescientas cuarenta y siete lágrimas. La de que, por cada siete minutos de cielo, se condena mi alma a una eternidad entre las cenizas de un infierno acabado.

No quiero seguir viviendo así... no quiero.



*echando de menos una risa, o un abrazo*

Vale, necesito a alguien. Me confieso, padre.

Mañana se me pasa. Lo prometo.



Sueño, porque no estoy loco



Ponle precio a una sonrisa, y entremos a subasta.
Ponle número a la luna, y hagamos un reparto equitativo. Y que sobre una, la de reserva. Siempre.
Ponle tiempo a la locura, y esperemos sentados en el andén de los sueños.
Porque sueño, porque sueño no estoy loco.
Porque sueño.
Y a veces con comprar el vainilla del cielo, y a veces con ser estrella. Con amantes que venguen mi muerte con un palacio, y leyendas que escriba un poeta, sobre las aguas engulléndome tras el despecho por un Hamlet demasiado ciego. Soñar que se es Julieta, asomada a la ventana de un piso, de esos de ocho plantas. Y fruncir el entrecejo buscando a Romeo; y saludar con la mano si se acerca alguien con su aspecto.
Soñar. Para demostrarme que no estoy loco.
Soñar.

***

Dejaré de lado la palabra coincidencia, porque no comprendo del todo su significado aún.
Así que me limitaré a hablar de 'las cosas que pasan porque tienen que pasar', de 'todo eso que, un segundo antes, un segundo después, no hubiese sido'.
Coincidencia, casualidad? No tengo demasiada relación con esas palabras. Así que me limitaré a decir que, si estoy aquí, es porque debería de estar, y si algo no viene, es porque, quizá, no tiene que venir. O llegará más tarde.




- Cuando muera, yo... seré una estrella.
- Todos seremos estrellas...
- Pero yo más!

.:: Competiciones estelares ::.

*Bianca, amor mío*

viernes, 19 de septiembre de 2008

Stardust

Fuerte, abrazame fuerte, para que no se nos quede pequeño el universo, para que no tenga sitio para mirar atrás y sentir el vértigo de no poder regresar jamás. Cógeme fuerte y recuérdame en ocho versos que somos hijos de las estrellas, polvo de galaxias y explosiones. Recuérdame de qué estamos hechos. Porque sólo así me sentiré con fuerza para ir más allá, para fingir que esta es la primera vez, para sentirme demasiado dichosa como para ser insignificante, para poder ver con esos ojos de nuevo.
Esos ojos. Los recuerdas? No, claro que no, nunca te hablé de ellos. 
Y tú nunca te fijaste en cómo miraban, cómo veían. Siendo capaces de encontrar magia en una farola que se apagaba a mi paso las noches malas, y tres que se encendían otras noches. Las normales, que tras el incidente de la farola, siempre se tornaban buenas.

Fuerte, abrazame fuerte, pero hazlo antes de que te lo tenga que pedir. Dime que no me dejarás marchar, dime que somos estrellas que se encontrarán bajo el mismo cielo. Dime que tú me puedes conceder deseos, lánzame una mirada fugaz. 
Polvo de estrellas, mezclándose tu piel con la mía, mezclándose tu origen y el mío, temblando bajo el mismo cielo, estrellas abrazadas. 
Y lamernos la memoria, y borrarnos el barro de las mejillas, surcadas por lágrimas que no recordamos haber derramado. Buscar alguna constelación entre los mechones impares de tu pelo, soplarnos los minutos de encima de los hombros. 
Porque te quiero. 
Y, porque no hay nadie a quien decírselo y a pesar de todo estoy feliz.
Porque somos estrellas. Y polvo. Y sudor. Y saliva.
Porque somos polvo de estrellas. Porque somos.



























Hoy le dedico una palabra a un gran amigo, que sé que me la pagará con una sonrisa: pachanga. 

Feliz fin de semana a todas las estrellas.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Come back home



Si las despedidas no eran lo suyo, mucho menos lo eran las bienvenidas. Por eso pasó toda la noche en vela, paseando de un lado para otro. Del suelo a la pared, de la pared al techo. Y luego una ojeada por la ventana. Dos. Tres. Mirar inconstantemente el reloj. Cuatro cuarenta y cinco. Cuatro cincuenta. Cinco diez.Dejó destilar la noche corriendo a la puerta cada vez que escuchaba un coche pasar demasiado cerca. Mordiéndose el labio inferior una y otra y otra vez. Hasta dejar sus dientes marcados a fuego. Pero él no sentía el dolor.
Lejos, en su mente, repasaba uno a uno cada acontecimiento de su vida, enlazándolos entre sí de modo que formasen un sendero que indicaba una única dirección. Esa madrugada.
Y ella, que parecía haber sido puesta en el cielo sólo para él. Que su vida no había sido sino una preparación para poder tenerla, y, esta vez, no dejarla marchar.

Cuando el alba comenzó a golpear en los cristales la espera pasó a euforia. Una sensación que, más tarde, a la caida del sol, se convirtió en desesperanza.
Chasqueó la lengua y agitó su reloj, mirando el minutero como un imbécil. Debía haberse roto, no podía marcar las ocho y veinte, no podía haber llegado la noche... no antes que ella. Luego observó con disgusto el cielo, de ese color amoratado, congestionado. Y por último se arrastró hasta el calendario que colgaba de la misma pared por la que hacía apenas veinticuatro horas había subido, generando en su mente mil maneras de abrirle la puerta, y mirarla a los ojos. De desnudarla en silencio o tratar de reparar cada sueño roto con nuevas promesas.
Ocho de octubre. Era ése el día. Triunfante sobre los demás. No cabía duda.
Coronado por un círculo rojo de trazado grueso. Indicando la fecha señalada.
Pero ella no estaba allí, y el ocho era ahora más nueve que siete.

Tras recrear, de nuevo en su mente, mil posibles explicaciones -algunas reconfortantes y tranquilizadoras, otras, no tanto-, decidió serenarse y esperar, en aquel sofá en el que ella le dijo que se iba. Y en aquel sofá en el que él, no pudiendo ni intuir la importancia de aquella despedida, no supo qué hacer ni decir, aunque supiese de sobra que sólo tenía que levantarse, correr hasta abrazarla por la espalda y susurrar en su oído, muy bajito: "No te vayas, te quiero".
Pero cómo imaginar que esta vez ella no rompería su palabra. Cómo esperar que, tras tantos amagos de huida, aquella fuera la definitiva...
Y no volvió. O al menos no en todos estos años.

Él se sentó, decidido, a esperar. Y lo hubiera hecho eternamente si una llamada no hubiese roto la silenciosa oración en la que todos los dioses eran implorados en pos del regreso de quien, oficialmente, nunca había partido. No obstante, de igual modo que llegó la noticia de su vuelta, mediante dos "rings" y cuatro pasos, la voz al otro lado del teléfono cambió de idea.
- No iré. No debería haberte dicho que regresaría. Mándame mis cosas en cuanto puedas. Adiós. Un beso.

El auricular quedó suspenso entre la mesa y el suelo, balanceándose como un suicida en su cuerda, pero del "Pi" que parloteaba incesante al otro lado del teléfono.
Él escuchó su voz. Era ella. Estaba bien.

Después, pensándolo mejor, decidió que no era tan buena idea tenerla por la memoria aún con la posibilidad de regresar, así que, en su mente, asistió a su funeral; una muerte prematura causada por un accidente de tráfico mientras se dirigía a su encuentro...
Aquella noche durmió sin frío, con la almohada húmeda y la tristeza hirviendo en el pecho. Pero, al menos ya no correría al escuchar un coche pasar demasiado cerca. Ya no.
Porque ella había muerto. En un accidente de tráfico.
Eso decían los periódicos del país del sueño.

*
Please, come back home


miércoles, 17 de septiembre de 2008

De amor y odio



Me odio tanto como me quiero.
Lo cual no sé si es mucho o poco, de echo ni siquiera sé si es posible mi afirmación. Como se quiere a un hijo. De esa forma impuesta y obligada, pero sin presiones, porque nadie nunca menciona el tema. De esa forma que asumes, para poder convivir con lo que nació de tus entrañas, sangre de tu sangre.
Eso soy yo, sangre de mi sangre. Y grupos incompatibles al mismo tiempo. Alérgica a mí; compartiendo piso con un intruso. De esos con los que no quieres estar, pero tampoco desear que se vayan. Por cuestiones económicas, por moral, por lo que sea. No puedo vivir sinmigo misma. Pero sí puedo odiarme. Eso sí. 
Pero de este odio diferente. De éste que patalea y grita. Como cuando me ordeno morirme, o me ordeno sonreír. Sabiendo siempre que ni una cosa ni la otra, por si acaso. 
Y es que me llevo mal conmigo misma. Y con mi reflejo. Y con mi voz. Me llevo mal hasta con la parte del cerebro que piensa y rumia lo mucho que me odio. Casi tanto como me quiero. Tal vez ese sea el motivo de todo. O quizá el quererme hace que me odie por no poder verme los errores colgando de la espalda. Quizá me odio porque me quiero. Y siento celos. O me quiero para contrarrestar el odio.
Quizá. 
Quizá esta sólo sea una de esas publicaciones  random. Sin más.











- Cuánto cuesta el amor de una dama?
- Pueees, ahora mismito anda rondando los setecientos euros...
- ¿Y cómo así?
- ¿Le parece caro acaso?
- Hombre... no era esa la cantidad que tenía yo estimada...
- Y eso que no ha pedido usted una mujer...
- ¿Cómo que no? ¿Entonces qué se supone que es una dama?
- Verá, las mujeres parirán y criarán a sus hijos. Nuestras damas le proporcionarán calor por las noches.
- ¿Son estériles entonces?
- No, practican el contorsionismo.
- ... Creo que me llevaré un gato.
- Sabia elección. Pero tenga cuidado, estas hembras tampoco practican el contorsionismo.


Escasez cerebral.
Escoria verbal y degustación gratuita de adjetivos y epítetos.

Eso sucede, a veces, como hoy.
Críticas. Cotilleos. Esperas.

Yo, los domingos, soy más gato que persona.

martes, 16 de septiembre de 2008

Cuestión de edad




"la chica mayor
que todavía cree en Ratoncito Pérez y le pone trampas para ratones a ver si lo caza. 
y en todos estos años todavía no lo has conseguido.

eres peor que coyote cazando a corre caminos"



***

- M... ¿qué miras?
- Nada.
- Ah... hubiese estado bien que, para variar, me miraras a mí.
- ...

Se hace difícil controlarlo todo. Mejor será dejar reposar el otoño, no nos vaya a morder.

Ale, no me apetece escribir nada en concreto. Pasad un buen día.
Besos.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Under the Rainbow



Se esconden oraciones budistas en la entrada de cada arco iris, y al cruzarlo en busca de oro entramos en otra dimensión. Otra dimensión tan bien armada que hasta las cosas son iguales a las del mundo anterior. Pero ahora estamos al otro lado del arco iris, viendo a los demás atrapados en su gris realidad. Y les sacamos la lengua, nuestra lengua multicolor, nuestra lengua privilegiada, porque hemos saboreado los colores del arco iris. Y entablado una conversación con un enanito, y escocés! 
Correr despejando los campos de espigas,correr sintiendo la hierba seca, celosa, arañando nuestros tobillos. Correr jadeantes porque nos hemos pasado la parada del bus. Y yo he visto tan de cerca el arco iris. Y tu me has visto tan decidida a mí. Tan segura de que debía haber algo bueno, algo mejor, al otro lado.
Que no podíamos sino correr, campo a través, bajo un cielo del gris post-tormenta, bajo un viento suave y gélido. Correr, antes de que la puerta hacia el paraíso se desintegre ante nuestras narices. Correr y llegar jadeando al rellano de colores, donde reza una inscripción que sólo yo puedo ver y leer. Donde, te cojo de la mano y cruzamos juntos.
Nos baña la sensación mágica de ser uno con la luz. Nos impregna la ropa el frío de la tormenta, nos salpica el rocío suspenso en el aire.
Y ya está. Estamos al otro lado.
Nada parece haber cambiado.
Tú me miras, sonriendo a medias, pensando eso mismo: que nada ha cambiado. Que por un momento me habías seguido eufórico y ahora jadeas, se te agita el pecho y te sientes como un niño, de nuevo. 
Meneas la cabeza y, rodeando el arco iris, volvemos a la realidad.
Pero no cruzamos de nuevo, porque yo lo sé. Y tú lo intuyes. 
Algo ha cambiado.
Bienvenido al nuevo mundo.



***

"Que tengo derecho a ser feliz"

^^

- Hey, tú, nos vemos bajo el arco iris.
- Creí que la tradición se hacía con muérdago...
- No me apetece esperar hasta invierno.










domingo, 14 de septiembre de 2008

Sweet ~


En el mundo todo gira demasiado rápido, y nos salpicamos del color de los de enfrente y los de atrás, como algunos caramelos; de ésos que tienen millones de rayitas de colores.
Y es que cada persona está salpicada por otra persona que fue salpicada por otras personas que a su vez también se encuentran llenos de salpicaduras del de delante y el de detrás. Y hay demasiados colores como para poder controlar el mundo.
Pero, para describir todo esto, me bastaría un simple: bleh. Sin embargo el odio profundo que siento hacia la humanidad (xD) y más hacia mis lectores, me impulsa a enrollarme, desahogarme y, de paso, joderle unos minutos la existencia a cualquiera que ose meditar sobre estas soberanas chorradas que expongo.

Y... sin más, no me apetece explayarme tratando de decir algo que poseerá más importancia de la que cualquiera vaya a poder comprender; no me apetece ponerme guapa para volver otro domingo, de madrugada, a casa. No me apetece sonreír para que la gente sonría... y un laaaaargo bla. Vamos, en definitiva, que estoy cansada de esforzarme. Y punto. Así que hoy ni figuras retóricas que decoren lo jodida o feliz que me siento (depende del día, y suele ser más jodida que feliz). Ni expresiones bonitas o palabras de amor que nadie va a recoger. Porque obviamente no haré un repertorio de oraciones amorosas ni casaré a guiris en Las Vegas. Así que... eso, hoy toca currarselo al mundo. Y que venga otro a sacarme de casa y remacharme las sonrisas, porque yo ya he dado mi parte. Y este intercambio equivalente parece haberme estafado un poquitín. Sabía yo que no podía ser bueno comprar los planes en Ikea, que ni te vienen montados ni nada, y luego claro, acabas perdiendo una de las patas de "mi proyecto de futuro", "los estudios" tambalean y "los hijos" te salen siempre más caro de lo que ponía en la caja.
Andaré todavía un rato por aquí. Disimulando. Haciendo como que ya me importa una mierda que las leyes de la física me la jueguen.


***

En mitad de la oscuridad parpadeo. Y las pupilas, adormiladas, recorren a tientas la estancia, perfilando los muebles gracias a la luz que se cuela por las ventanas. Ese resplandor amarillento de las farolas de las calles.
Es cálido.
Pero hace frío.


***

-Qué me dices?
-Que sí mujer, que sí. Fue llegar a casa y ver justo como Paco saltaba por la ventana. Horrible, y aquí mismo, no te creas, en el barrio. Qué lástima, con lo felices que parecían...
-Oye, chica, pues no me había enterado de nada. ¿Y cómo así se suicidó?
-Pues nada se ha dicho, pero me da a mí que fue por eso de que siempre huele a lentejas desde el portal. Que ya decía yo, que tanta poca variable no podía ser buena.
-No sé, yo, por si las moscas, esta noche prepararé sardinas.

***
-Dime que no es verdad.
-¿El qué?
-Eso
-¿Qué eso?
-Lo-que-tú-ya-sabes.
-Aaaah... no.

"Cuando se habla de 'lo-que-tú-ya-sabes', se debe empezar por ahí"





.
..

Feliz domingo-asqueroso a todos ^^

jueves, 11 de septiembre de 2008

Trastos viejos

¿Qué me haces si te confieso lo inconfesable?
¿Y qué me das si te ataco por la espalda?
¿Qué si te reprocho incluso el amanecer, echándote en cara que nunca estás, y siempre sobras?
¿Qué me dices si te digo lo prohibido, para bien o para mal?
¿Qué, si me pongo de puntillas para darte un beso que ni siquiera tú sabes si quieres... o no?
¿Qué piensas si anuncio que me marcho, sin un adiós?


Nada. Porque ésa es la respuesta default. La que siempre dice, actúa y piensa. Por ti.
Que te dejaste el manejo automático puesto. Y no pasarías la ITV.
Que se te han oxidado las palabras bonitas y tu corazón comienza a sonar con un feo "tac", de ésos que hacen los cacharros viejos. Y, tras muchas lágrimas, los engranajes ya no son lo que eran, y se estropearon la mitad de las canciones de tu lista de reproducción por amar demasiado rápido. 
¿Qué rimas quedan, que puedan ser dedicadas a otra?¿Qué frases que no hayas dicho y sentido ya? Estás sucio. Estás viejo y comienzas a ser inservible. Ser un adulto es como romper el precinto que nos mantiene en nuestra preciosa caja de regalo, en la que aún nos brillan los ojos con las promesas, en las que aún creemos.
Si ser adulto es ser como tú, me alegro de haber tropezado antes de llegar a la meta.

***

- ¿En qué piensas?
- En nada, estaba masturbándome imaginando que me la casca Madonna.
- ¿Madonna?
- ¿Y es eso lo que te extraña?

Necesito tiempo para estar sola, y así poder invitar a alguien.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Masturbate


A veces pasa que... sin más... Algunas cosas vienen. Y otras se van.
O, por capricho de la diosa fortuna, tras haber parido cien hijos y sin haber disfrutado ni un sólo orgasmo, no vienen a secas.

Por eso, a solas, en la oscuridad de bajo-sábanas, y tras haber comprobado que nadie nos ve, que nadie nos mira, que nadie nos sabe, nos arrastramos por nuestra madriguera personal, sintiendo con la yema de los dedos el tacto frío de las sábanas. Escuchando el deslizar limpio del pelo sobre la piel. Buscando calor.
Jodiendo a la vida, jodiendo las tardes de domingo, las rutinas, jodiendo a la suerte y a las lágrimas. Jodiendose a uno mismo.
Para sentir el escalofrío que recorre la columna vertebral un instante antes de que las pestañas suspiren. Para sentir la espalda arqueada, intentando alcanzar el cielo en la pequeñez de una cama de ésas de uno noventa, de esas pensadas sólo para una cabeza, que piensa en otra, que piensa en otra. Como un juego de muñecas rusas a escala mundial.

El alma intenta escapar de los labios, pero la luz no la deja. Hace frío fuera, y el cuerpo tirita, caliente. Con esa temperatura tibia que danza entre un adjetivo y otro.
Y la mente va mas rápido de lo que están preparados para expresarse los sentimientos; formando nudos en la garganta de esos que te impiden disfrutar del desayuno, la cena y los chistes.

Y una pregunta cruza la mente una y otra y otra vez.
"Qué sientes cuando masturbas los recuerdos de un feto abortado?, Qué, cuando la brutalidad besa a la belleza, y la viola, de esa manera que sólo tiene de delito los términos? Y... entonces, qué?"

La respiración entrecortada me responde.
Pero no la entiendo, ya no.




· · ·

"- Mírame, soy tu amor, regresé.
Le sonrió, con los ojos llenitos de ayer.
No era así su cara ni su piel.
- Tú no eres quien yo espero."

martes, 9 de septiembre de 2008

D        I        M        I        T        O

sábado, 6 de septiembre de 2008

jugando...

Mentiras.
Todo dando vueltas en torno a calles de cartón piedra y escenarios preparados.
Todos bailando al compás del juego de unos. Y de otros.
Y todo mentiras. Un lío de hilos entre marionetas y titiriteros.
Entre la realidad y la ficción.
Cuando la carne muerde la carne y se juntan dos realidades inversamente proporcionales.
Es el sexo de los juegos.
Mentiras.
O verdades. Antes de ser descubiertas.

Siempre en la cuerda. El momento justo.
Pero una vez descubierto el truco, la magia se desvanece en el aire.
Y ya, no hay dragones revoloteando en torno a las altas torres. Porque a partir de ahora descontaré dieciocho segundos del reloj. Para ver cómo todo llega tarde.






"Sacando orgullo, dignidad, o yo-qué-sé-que de donde sea..."

viernes, 5 de septiembre de 2008

Hecha un lio

El olor a tabaco mordiendo la piel.
Manos contra manos, dedos peleándose por ocupar los huecos entre unos-y-otros.
Humo revoloteando en torno a las pestañas, y la luz cortando la intimidad.
Calor, demasiado calor. 
Recuerdos y promesas que se atesoran. Pero sólo guarda uno.
Criando polillas que deshilachan lo tejido.
Es la maldición del olvido. Que suena como un corazón.
Pum pum, pum pum.
Preguntas que se desvanecen, filtrándose bajo las puertas.
Un sofá cansado de respirar bajo tu peso. Y el mío.
Cuerpo gastado y gastándose. Poco a poco.
Un ocho señalando el infinito de lo bueno. De lo malo
Y el día extinguiéndose, bajo nuestros susurros, y los silencios entre beso y beso.
Nadando contra el polvo y la oscuridad.
Luchando por cada costa que aún no he conquistado. 
Dejando atrás la tierra prometida -la vieja-. 
Porque lo nuevo siempre brilla más. Siempre.
Como las manzanas. Como los ojos. Como las lunas.

Hecha un lío. O dos.

···


Conclusión del día: Todos los tíos son unos capullos.
Anotación: Todas las tías buscan un capullo en su vida.

-Yo soy la chica perfecta.
- Fíjate si es perfecta que tiene fallos y todo.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Un poco de YO, para NO variar


Que yo siempre lo llevo todo del revés. Son los efectos secundarios de no-saber hacer el pino, ni montar en bicicleta, ni saltar a la comba.
Que yo sueño y luego arrastro mi teoría quimérica a la práctica, para demostrarme que el estado más profundo del sueño es el único que te roba tiempo.
Que yo ahorro mucho dinero en pinturas, que la vida es en escala de grises para disimular las ojeras.
Que no me gusta el fútbol, ni el baloncesto, ni las carreras. Y que si veo rugby fue sólo por los ingleses.
Que muerdo cuando es luna llena -y cuando no-. Que a veces no callo, y a veces me faltan palabras. 
Que cuando quiero no puedo, pero si no quiero es obligación.
Que todas las leyes de la física, y todas las normas y protocolos se aplican para el resto. Y nunca para mí.
Que puedo llorar sin motivos, pero necesito cien segundos para sonreír. Y todo se debe a que no tengo valor. Y prefiero resignarme a morir. Y prefiero romper muchas de las promesas que hice, en silencio, para poder prometer -de nuevo- que yo no rompo promesas.
Que soy buena... o mala, según me de. Y me cuesta dar. 
Que no veo más allá de mis narices, y mis narices quedan a un palmo del suelo siempre.
Porque, como era de esperar, tampoco sé andar -correctamente-.
Demasiadas cosas que pesan, que rompen, que cortan...

Demasiadas cosas... demasiadas.
Al final... al final echo de menos, lloro y pataleo.
Pero no lucho, no arriesgo, eso no, nunca.

Que el que dijo: el que no arriesga, no gana, es porque no pensó en todo lo que tenía por perder.

Y cuando yo tiro los dados, siempre salen unos.


* * *

"Calla"
...
Y se hizo más silencio del que era necesario.

A la mierda, si alguien quiere algo, ya sabe dónde encontrarme.

From Oz to Wonderland

De esos días en los que uno podría dormir durante años, con tal de no tener que enfrentar a la vida, cara a cara.
De esas tardes en las que se calla demasiado. Y las palabras se extienden por el cuerpo, como un cáncer que se instala en cada músculo sano.
Se extiende ante mí un mundo que no conozco, que me asusta, y me pregunto cómo estará la otra yo que se cambió conmigo en el espejo. Como Dorothy en su país de las maravillas y Alicia en Oz.
Intentando arrancarle los zapatos rojos a la reina de corazones, para volver a cansas, mientras Alicia viola cerraduras y quebranta puertas para descubrir que su reina ahora es mago y que la rosa de los vientos en realidad es un mapa de brujas.
Teniendo piedad con los corazones, amistad con los tréboles y odio con los rombos. 
De ésos días que culminan con una noche amarga, en la que el reloj de la liebre le indica a Dorothy que se le agota el tiempo, que pierde oportunidades y, que en el país de las maravillas, lucha por una causa perdida. Porque donde no hay, no hay.
Y de qué le sirve a Alicia en Oz inventar las palabras más bellas si no hay gato Cheesire al que engatusar?
Al final todo se resume en un dar, y prometer, con los ojos llenos de lágrimas, que está bien; que no importa si no recibimos.
Pintar las rosas de rojo. Para ocultar que ocultan el níveo blanco. Para ocultar.


FROM OZ TO WONDERLAND


- Es terrorífico, sabes que puedo hundirte con una palabra. Y que necesito cien para mantenerte a flote...

- Porque cuando pienso, lo hago en las cosas que tú tanto evitas pensar.

***

- Acaso sabes algo sobre los sentimientos de una baldosa?
- Pues ahora que lo mencionas no, siempre las piso sin preguntar.

Aburrimiento burgués. Esperando un día bueno.


miércoles, 3 de septiembre de 2008

Anorexia afectiva

Cuánto puede estirarse un camino. Cuánto prolongarse un amanecer -otro-. 
Tanto como se hacen de rogar los inviernos, cuando hace calor. Tanto como tardan en florecer los árboles del cerezo, aunque sea ya pasada la primavera. Tanto, tantísimo. Como me costaba respirar. Y me cuesta aún hoy.
Como disimulo mal, a propósito.
Como hundo los pies en los errores y chapoteo, en la lluvia.
Cuánto se recuerda, cuántas palabras. Cuando no hay ganas. Ni de llorar, ni de amar, ni de nada. Cuando se estima el precio justo de un latido, y se desorbitan los precios de cada gesto y mirada.
Como se valora un corazón, y se miden los susurros con cuentagotas.
Cuando se comienza a pesar y a medir, sospechando la anorexia afectiva, como sospecha una madre, en silencio; porque hay cosas que no se pueden decir.
Así miro mi reflejo en el espejo. Con los ojos entrecerrados, midiendo cada kilo de más o menos, sopesando cada beso y abrazo. Y vomitando sentimientos, de atiborrarme cada noche.
Anorexia afectiva. 
Por miedo a engordar. Por miedo a pesar más. 
Por miedo al afecto en sí. Y tanta repulsión al mismo como ansias de poseerlo, quizá por eso mismo. Con esa sensación de miedo y tristeza cuando se sucumbe a la tentación, y los dedos de la verdad rebuscan en mi garganta para dar con el exceso cometido y arrancarlo del estómago. Vomitando mariposas que se instalaron a revolotear. Vomitando una mirada, unas manos. Vomitando lo dulce que destila una sonrisa. 
Para no engordar.
Y los análisis no dejan duda. Anorexia afectiva.
Tanto se anhela como se aborrece.
Tanto se desea como miedo produce.
Creando la anorexia afectiva que adelgaza el corazón, que demacra el alma y oxida los músculos que hacen sonreír. 
La anorexia afectiva.
Sin medicina probada. Sin posible curación descubierta. Porque a nadie le interesa encontrar la cura. Porque los investigadores nada tienen que decir al respecto. 
Y ésta es una de esas cosas que mamá se calla. Y los amigos saben, pero sólo lo dicen medio en broma, omitiendo la otra verdad, demasiado dura. Y la gente lo ve, a veces. Esa chica está demasiado delgada. Pero a su alrededor hay afecto... será que no come. Será una nueva moda, una dieta especial. Será la eterna espera. Y es que para una anorexica-afectiva no es que falte el alimento, es que cuesta digerirlo. Y la comida que aún podemos tragar, engorda demasiado. No es fácil sobrevivir. No es fácil no comer, o beber de alguien y llorar por las noches, flagelándonos por nuestros pecados. 

Son las nuevas enfermedades. De las que nadie habla, pero muchos bromean.
Es la anorexia afectiva. 

*  *  *


A veces no hay a dónde ir.

- Y a deshora, sale un sol alumbrando una esquina, y alegrándome el día.
- Enséñame más. 
- No, de momento, recuerda esta lección hasta el fin de tus días. 
...
Yo no regresaré más.


Y para esto has venido? Para hacerme sentir el hambre? Para eso, podías haberte ahorrado el viaje.

martes, 2 de septiembre de 2008

Tanjoubi Omedetou



Hoy, celebramos que, a pesar de sus amenazas, sei no cambió el calendario para adelantar su decimo octavo cumpleaños, de hecho creo que le hubiera gustado mantenerse joven y fresca un año más.
Para desgracia y regodeo de algunos, nadie resultó herido en la semana anterior a esta fecha tan indicada. Domi no ganó sus 20 points, pero por la salvación de su alma decidimos cambiar de víctima sin que nuestros planes de guerra y destrucción resultasen fructuosos.
Con esto, el año se salda de la siguiente forma: no habrá más "give me my twenty points", pero aún puedo hacer algún apaño y matar a determinados individuos en nombre de la cumpleañera... ejem... como... regalo
Por lo demás, la señorita "manzana pocha", viendo ya acercarse la edad de criar niños y canas, aprovechará su juventud emborrachándose y manteniendo relaciones de todo tipo xDDDD
con esto, la segunda mitad de la manzana, la que aún es roja y jugosa -es brooooma, te quiero sei ;)- se despide, sin más motivo que desearle a mi querida un muy muy muy feliz cumpleaños, y mejor celebración del mismo ^^
podría decirte que ya puedes ir a la carcel, o votar, o consumir y comprar alcohol... pero, me limitaré a decir que si me tocas es ilegal :P
ai shiteru ~



**publico por su cumpleaños y no por el del resto de seres que adoro porque hace un año era la única que se movía por aquí, y bajo ese pretexto escribí la primera entrada de felicitación -y la última hasta ahora-. No es que me haya olvidado de los demás, es... por seguir la tradicción ;). pero ya que estoy aprovecho para felicitar al señorito yuu, que cumplió hace demasiado, y al que le prometo una entrada en cuanto se digne a celebrar su cumpleaños. ^^

se despide:
libélula

lunes, 1 de septiembre de 2008

Volver a empezaaar ~



Amigos lectores (los que me queden después de esta...) está aquí de nuevo: LA FOTO QUE JODE.
Así es, esa imagen que durante nueve dichosos meses se clava en nuestra retina... esa imagen acompañada de su diabólica melodía... un año más. LA VUELTA AL COLE.
Y esta vez empieza de una forma nueva para una servidora... cambio de horarios, cambio de costumbres y casa vacía ^^
También rezo al cielo y a dios gracias que sólo me quedan dos benditos años en los que deberé matarme a estudiar para obtener una media que me servirá para bien poco...
Un año más de madrugar, de sonrisas y magníficos fines de semana.
Y es que lo bueno acaba pronto, pero la dichosa escolarización lleva persiguiéndome toda mi vida.
Así que aquí finalizo esta tortura visual, dejándoos un pequeño presente que os será util a lo largo de todo este arduo año ;)

besos de melocotón ~