lunes, 22 de septiembre de 2008

Sueño, porque no estoy loco



Ponle precio a una sonrisa, y entremos a subasta.
Ponle número a la luna, y hagamos un reparto equitativo. Y que sobre una, la de reserva. Siempre.
Ponle tiempo a la locura, y esperemos sentados en el andén de los sueños.
Porque sueño, porque sueño no estoy loco.
Porque sueño.
Y a veces con comprar el vainilla del cielo, y a veces con ser estrella. Con amantes que venguen mi muerte con un palacio, y leyendas que escriba un poeta, sobre las aguas engulléndome tras el despecho por un Hamlet demasiado ciego. Soñar que se es Julieta, asomada a la ventana de un piso, de esos de ocho plantas. Y fruncir el entrecejo buscando a Romeo; y saludar con la mano si se acerca alguien con su aspecto.
Soñar. Para demostrarme que no estoy loco.
Soñar.

***

Dejaré de lado la palabra coincidencia, porque no comprendo del todo su significado aún.
Así que me limitaré a hablar de 'las cosas que pasan porque tienen que pasar', de 'todo eso que, un segundo antes, un segundo después, no hubiese sido'.
Coincidencia, casualidad? No tengo demasiada relación con esas palabras. Así que me limitaré a decir que, si estoy aquí, es porque debería de estar, y si algo no viene, es porque, quizá, no tiene que venir. O llegará más tarde.




- Cuando muera, yo... seré una estrella.
- Todos seremos estrellas...
- Pero yo más!

.:: Competiciones estelares ::.

*Bianca, amor mío*

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