Mentiras.
Todo dando vueltas en torno a calles de cartón piedra y escenarios preparados.
Todos bailando al compás del juego de unos. Y de otros.
Y todo mentiras. Un lío de hilos entre marionetas y titiriteros.
Entre la realidad y la ficción.
Cuando la carne muerde la carne y se juntan dos realidades inversamente proporcionales.
Es el sexo de los juegos.
Mentiras.
O verdades. Antes de ser descubiertas.
Siempre en la cuerda. El momento justo.
Pero una vez descubierto el truco, la magia se desvanece en el aire.
Y ya, no hay dragones revoloteando en torno a las altas torres. Porque a partir de ahora descontaré dieciocho segundos del reloj. Para ver cómo todo llega tarde.
1 comentario:
ne gu, tate tranquila, que no tienes carmin en los labios.
aishiteru ^_________^
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