domingo, 8 de marzo de 2009

M.

Joder, como me gustaba la noche,
si salía la luna.
Y cómo me gustaban las tormentas,
vistas desde casa,
arropada por una manta.
Recuerdo cómo me derretía en primavera,
nada más amanecer las mariquitas.
Cuánto me gustaban las miradas, si venían de ti,
si eran sólo mías.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y la vida se nos va, aun más rapido cuando creemos que nos pertenece.

Solo somos viajeros con equipaje ligero, saltando entre dolores y amores por el tiempo.

Ángel ^^