Hay cierta familiaridad en volver a estos ecos,
como viajar atrás en el tiempo,
donde puedo volver a ver a la que fui.
Tan rota como la que soy,
pero en otro color.
La echo de menos.
Intento volver.
Encontrar esa pieza que se perdió.
Doy pasos pequeños, contra una corriente de tiempo y sucesos
que me arrastra en la dirección opuesta.
Me estoy acercando,
si estiro los brazos,
si acorto distancias.
Veo a la que fui.
No la reconozco.
Pero no siempre fui así.
Ha sido un viaje de ida y vuelta,
de vuelta e ida.
He andado y desandado este camino muchas otras veces.
Mis pies saben llegar.
Vuelvo a casa.
Estoy esperándome.