Sol de primavera
manos gélidas
mañanas de promesas
Todavía recuerdo el invierno
el frío
luces en la cama
el sabor amargo
las playas
Un hueco que siempre está
me acompaña
Soy difícil de ubicar
Reverdece la vida
todo vuelve
incluso los que se fueron
cambiaron.
Son ahora
un pájaro en la ventana
un camino de flores en lo salvaje
la luz nocturna de un farol.
Reverdece,
una promesa.
Jardines desatados.
Soy ubicua,
oblicua.
Todo lo quiero abarcar.
Todo vuelve,
en el olvido y en la vida
en la muerte y en la risa.
Es imparable este reloj
un invierno escarchado,
un verano inagotable.