Huir y encerrarte a escribir.
Que parece que así todo lo malo (incluido uno mismo) se queda fuera.
Hablamos (hablo yo sola) de que las chicas quieren (necesitan) sentirse importantes.
Y es que es un sofá con dos formas de ver la vida que temo irreconciliables (a veces).
Como dos hermanos que sólo se hablan por navidad.
Y por debajo late, sientes que se quieren y duermen abrazados.
Pero siguen dedicándose frías sonrisas y nubladas miradas de (ir)reconocimiento.
Que a veces me pregunto si esta farsa, este teatro de las mil pruebas y mentiras acaba alguna vez.
Tal vez faltó severidad a la hora de educar a los hijos, o quizás es la eterna historia.
La cuestión es que mi butaca en la función no me permite disfrutar el espectáculo.
Y ojalá pudiese volar de aquí. De esta piel. De este cuerpo y estas cadenas que se ciñen a las piernas, la cintura, los brazos, las pestañas.
Y no ser nunca más la víctima de mis propias trampas.
Para no tener que lamerme las heridas con saliva que sabe a lágrimas.
Me gustaría ser especial.
Sobre todos.
Sobre todo.
Ser aquélla. Ya sabéis. La mejor barca del mar.
La dulce niña de tus ojos.
Ser tan especial que no necesitase pruebas de valor.
Ni este miedo.
Ni esta pena.
Ser.
... Y me duelen las cicatrices cuando va a nevar.
Otra canción y a la cama.
4 comentarios:
Hay canciones que se atraviesan. Una y otra vez.
Echo de menos tu voz :)
Especial lo eres,
Nadie mas podra escribir lo que tu escribes,
Ni sentir este mundo igual como tu lo sientes.
Precisamente por Ser, lo eres.
Parece que tus suspiros me acarician directamente el corazón. ¿Será que así es como se hablan las libélulas? ...
Lamerse las heridas con saliva que sabe a lágrimas...
Eres la persona más especial a la que he conocido y he podido abrazar.
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