domingo, 18 de diciembre de 2011

Infidèle


Hay días, casi exclusivamente en invierno, en los que parece que quedas excluida de tu propia vida.
Como si todos los elementos que la forman fuesen ajenos, y se debilitasen las cuerdas que los mantienen en órbita con tu núcleo.
Son esos días en los que todos son felices solos, sin ti. Y tú empiezas a sentir que no sientes nada.
Es cuando tu voz deja de alcanzar las distancias, y te vuelves tan pesada que eres una obligación donde antes fuiste placer.


Que ni eres eje ni engranaje para nada. Y te hace llorar ver que la vida sigue, contigo o sin ti

Llevo una semana muerta de miedo. Una semana desapareciendo.
Y allí donde nieva, la nieve siempre ha seguido cayendo.


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