miércoles, 22 de febrero de 2012

Vetusta


Gritas al aire de la tormenta, quieto.

Y notas la electricidad de la tierra seca,
de las hierbas que extienden sus brazos hacia el cielo,
suplicando.
El cielo es gris, y parece sólo para ti.

Tardes de febrero que quisieran ser veranos.
Sol que inunda la piedra.

Miedos que quitan la voz.
Rabia que burbujea.

Y el cielo parece solo para ti.
Y la piedra se ha vestido de oro,
hoy, como hace cientos de años,
la misma piedra gris.

Me gustaría vivir en estas tardes para siempre

2 comentarios:

.A dijo...

y el cielo parece solo para ti ..

Matías Muñoz Carreño dijo...

Me gusta la manera en que escribes. Paso a veces por aquí, tanteando en las sombras como ciego novato. Pero no me gusta comentar, no sé que cosa me ha pasado hoy por la cabeza.

Un abrazo.