viernes, 10 de abril de 2015

abril

Atravesados los párpados
por alfileres de luz

Quema en la piel el hielo del norte,
se enreda en el pelo la arena del camino.

Con los labios secos
y las manos heridas,
camina el sabio
que recorrió todos los caminos.

No hay puerta a través de la cual no haya visto
un final que pasé el resto de mi vida
intentando olvidar.

No hay puerta que no haya sido violada
y tras la cual no se ocultase
otra cosa que la misma noche de invierno.

Los nudos en la garganta no se pueden deshacer
solo queda tragar o morir asfixiado.

Atravesados los párpados
por los destellos del agua

Quema la piel la sal del mar,
se enreda en el pelo el viento

al chocar contra el abismo.

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