Siguió cruzando los semáforos en rojo
hasta en las calles que no conocía
hasta cuando los coches pitaban,
enfadados.
Siguió dejando pasar los semáforos en verde,
distraída mirando al cielo
o a la tierra
mojada.
La primavera era como ese objeto perdido
que aparece un día debajo de la cama
para recordarnos su existencia
y todo lo que conlleva.
La vida era como la primavera
pero a intervalos
más breves
o más largos.
Y al final todo se resumía en esos días de lluvia y sol
o que se haga de día mientras caminas.
O el mar que se encuentra
debajo de la piel
debajo de la cama.
1 comentario:
Hasta que la muerte nos sorprenda
Publicar un comentario