sábado, 1 de septiembre de 2007
La princesa amarga
Cuentan las voces de juglares olvidados, poetas sin nombre, que ocultos tras sus plumas recreaban un mundo se sueños, que, en un lugar lejano, en una ciudad confusa, bajo la sombra de la mentira, del miedo y de la ambición, vivía una princesa, de cabello oscuro y ojos de miel.
La princesa estaba sumida en un sueño eterno, un sueño maravilloso, en el que no había dragones, ni brujas, ni ogros... quizá tampoco hubiera príncipes azules, pero tampoco le hacía falta, porque él era su sueño y nadie más.
Y así, sumida en su largo letargo, su corazón creció y alzó el vuelo una vez más, como la pimera vez.
Pero la joven princesa con el tiempo olvidó que su cuento era un sueño... y lo que dolía despertar.
La princesa comenzó a llorar, llevando con sus lágrimas todos los recuerdos de su cuento sin hadas, ni príncipes ni dragones.
Lloró durante días, y años... como en la maldición de sus cuentos... lloró hasta que su dulce rostro se tornó en amargo. Y aún desconozco de algún cuento en el que alguien ame a una princesa amarga, sin brillo en los ojos, ni hermosa cabellera, ni sonrisa de plata, ni de bella figura... Porque los cuentos de hadas, no están hechos para las princesas amargas.
Entonces, llegó un día en que volvío a oír la voz de aquel que no era príncipe, aquel que habitaba sólo en su cuento jamás vivido.
-Nunca tus lágrimas me habían sabido tan dulces -dijo.
Y, en ese momento, la amarga princesa sonrió una última vez, antes de regresar para siempre a su cuento de hadas, junto a aquel que no era príncipe, en aquel lugar en el que no había magia.
Para siempre fue feliz, con aquella sonrisa asomando en su muerto semblante.
No tiene mucho sentido pero es que es tarde y me apetecia escribir algo asi... aunque creo que me ha quedado un poco rancio u.u no queria que saliera asi pero... moraleja:
jamás quieras soñar, porque el despertar es demasiado duro.
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