sábado, 1 de enero de 2011

Deseos



No, en verdad no.
De camino a casa veía pasar las luces en un taxi blanco reluciente que olía demasiado bien para tener un conductor tan triste.
Y he pensado que este año no hay propósitos (por-si-acaso).
Y que mi único deseo (y no para hoy, para mañana o cuando sea) es aprender(me) a querer(me) un poquito más (a mí misma).
O un poco mejor, de forma que no vuelva a doler(te/me).

Que a cada paso y contoneo de mis caderas puedo escuchar esa pieza rota que ya no encaja en ningún lado.
Que parece que me he tragado un cascabel de esos que besas con un estremecimiento.

Y quiero verme en el espejo.
Verme a mí.
Ver que no tapo mis agujeros con la arena de tus planes.
Poder ser un poco mejor.
O dejar de tener miedo de mí misma y mis silencios.

3 comentarios:

El Drac dijo...

Necesitas mucha ayuda de alguien que te ame, eso se nota!! Un besote

Antonio Misas dijo...

Cada vez escribes mejor.
Qué se cumplan tus deseos. Feliz año.

Dilealarabia dijo...

La pieza rota de tus contoneos caderales es tu cola, que se ha vuelto a soltar. Pero qué despistada. Ahora tendremos que ponertela con un clavo y un lazo, como al burrito de Winnie The Pooh.