lunes, 11 de julio de 2011

Olvidé qué día es hoy.

Recógete el pelo para entrar en la ducha, a pesar de que siempre se te acabarán mojando algunos mechones.
Mira en el espejo, tu cuerpo salpicado. Parece más bonito así.
Tápate con la toalla y escóndete en una de esas habitaciones en penumbras de verano.
En silencio.
Suspira. Promete. Espera.

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