lunes, 7 de agosto de 2017

con la cabeza entre dos palabras

Desde el sexto círculo del infierno,
con la boca demasiado grande
y el pecho demasiado pequeño.

Con esa herida que sangra
y empapa la ropa
hasta que empieza a hacer frío.

Llevo las rodillas sucias
y las sienes cansadas.
Me dejé las llaves fuera.

Vengo a dormir al primer piso
con la cabeza entre dos palabras
que forman una despedida.


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