lunes, 29 de noviembre de 2021

El sol

Veinte años lejos de Penélope.

Cuarenta de vagar por el desierto.

Siempre bajo un mismo cielo

y unas aguas distintas.


Aunando lo viejo y lo nuevo.

El presente no es más

que el espacio que queda

entre lo que fue y lo que será.


Es una puerta que se abre o se cierra.


Soy yo una vez más,

delante del espejo cogiendo fuerzas.


Si miro mucho tiempo estos ojos

una extraña me devuelve la mirada.


No somos la misma y sin embargo ni hemos muerto ni dejado de existir.


Cambiamos y seguimos siendo.

Seguimos siendo y cambiamos.


Existimos en la luz que queda

suspendida en la oscuridad

cuando se apagan todas las luces.


Un recuerdo y una realidad.

jueves, 25 de noviembre de 2021

.

¿Y si lo que se esconde bajo la piel es tan terrible o peor como lo que me responde el espejo?

Si no soy más que estos fracasos que llevo a cuestas.

Que los kilos sumativos de todas estas heridas y sus rencores.


Y si no soy más que la aplastante certeza de haberme roto.

El resultado de la emulsión de dos personas inmiscibles.


Éramos ella y este odio, este dolor.

Y ahora solo soy yo.


Un jarrón roto se puede volver a pegar,

pero algunas mezclas no pueden separarse nunca más.


Ahora soy esto y las decisiones que tome con la persona que ha quedado

tras estos años

y estas derrotas

y este maltrato.


No tengo las riendas de nada

aunque sujete con las manos este extremo de una cuerda

desanudada.


Se han borrado los límites, los umbrales y fronteras

que marcaban el punto de partida.

Solo estoy yo,

igual que siempre pero más perdida.


Demasiado lejos como para volver atrás

en mitad de un camino por el que no quiero avanzar más.


No me reconozco pero no me encuentro.


Sé que tengo las fuerzas

pero no encuentro a tientas el interruptor.


Un día cada vez

y se me olvida el mantra cada amanecer. 


La salida consiste en encontrar a la persona que fui, que soy, que quiero ser

y a veces temo que la llave sea producto de un sueño

y nada de esto haya existido nunca.