Amanece azul, blanco y gris
se forma un nuevo día
entre las sombras de la noche
rompe el silencio
una respiración
y rompe el miedo
una piel
me sujetan
estos brazos
y una sonrisa que se encuentra
aún perdida
entre los sueños
de las últimas noches estivales.
en mitad de un mundo
de límites desdibujados
de futuros inciertos
se encuentra
su cuerpo cálido
y me buscan sus manos
me sujetan para que no me hunda
en el océano de una mañana
azul, blanca y gris.
Incluso desde el otro lado de la vigilia,
desde el mundo de los sueños,
me busca,
me abraza,
me salva
del abismo de las madrugadas pálidas.