sábado, 8 de julio de 2023

Goian bego

Nació con la guerra,

y, al final,

una cortina corrida

en un día de sol y de tormenta.


Un cascarón vacío y,

si existe el alma,

un reencuentro.


Me llevo sus ojos,

de bruja,

una herencia lingüística

compartida solo al final,

recuerdos de infancia

y una identidad recuperada.


Lágrimas y una sonrisa amable,

comida y hastío,

chistes y soledad,

la ausencia de un padre,

o de un hijo.


Nació con la guerra

y se ha ido,

entre cortinas e hijos,

conversaciones insípidas de hospital,

sin más.


Podríamos haber comentado

que su médico era guapo

cómo nos iba la vida

cómo fue su pasado.


Pero ella no era ella,

ni su casa es ya su casa.


Hoy espero,

por ella,

que existan los reencuentros

y esté,

al fin,

en paz.