Salí de casa todo lo rápido que me permitía la mochila, deslizándose de mis hombros, el abrigo, enredado en los brazos y las piernas, más en la cama que conmigo.
<<Joder, joder, joder>> pensaba mientras la vertiginosa sucesión de casas y coches pasaba a mi alrededor. Volvía a llegar tarde.
Crucé la calle sin mirar, como siempre. Y al doblar la esquina la vi, a tiempo.
Sonreí y después recuperé el aliento. Sabía que la había hecho esperar, y ahora ambos llegaríamos tarde por mi culpa; pero ella no dijo nada.
Me dio un beso, cogió mi mano y aceleró el paso disimuladamente.
Mientras tanto, yo imaginaba cómo sería salir de casa una mañana si ella no estuviera esperándome en el portal de siempre...
Preferí dejar de imaginar.
1 comentario:
Cuando yo lo hacía - imaginármelo-, creía a pie juntillas que terminaría perdiéndome, vagando por un mundo sin sentido... chorradas, jamás me perdí, es más, terminé por encontrarme.
8X
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