Todo es, más bien, una sucesión de idas y venidas. Como un balanceo.
Adelante y atrás.
Y es que, entonces, tu vida, la que quieres, parece simplemente momentos esporádicos, como pequeños regalos.
Es la hipérbole de la felicidad fragmentaria.
Es esperarte todos los días. Y tener miedo a pesar demasiado, estar demasiado encima.
La necesidad de eso que te hace sonreír a los tres minutos de su consumo; exactamente igual que las pastillas milagrosas.
Tumbarme en la cama, y sentir ganas de llorar de lo vacía que está.
Que no es todo días cálidos lo que quiero, es poder llegar andando hasta el sol.
4 comentarios:
es complicado cuado llega la noche y la cama esta fria y solitaria... aunque el calor del verano no te deje dormir solo quieres un abrazo y sentir ese calor exterior....
No sé por qué cada entrada tuya me sabe con una referencia a mí. ¡Qué extraño! Muchos Abrazos Cálidos
WOW! esta entrada tuya me ha maravillado.
porque no el 100% de los instantes son felicidad, y debemos agarrarnos de ellos para poder avanzar.
Gracias....
Hacía tiempo que tu droga no me llegaba tan a fondo...
creo que ya empiezo a temblar por el mono.
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