A las puertas del invierno
bajo las luces nocturnas
las mantas y sábanas
la piel, la vida.
Anochece temprano
con cielos polvorientos
de gris, azul
y dorado.
Tiene la vida una forma de mirar
que recuerda al mar en calma
a unas aguas que nos resultan
familiares.
A un sol de invierno
de un dorado bruñido y antiguo,
como las manos frías y los vientres
tibios.
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