miércoles, 18 de febrero de 2009

seyeruoynepO

Hay gente de todo tipo, ojos de toda clase y sonrisas diferentes.
Lo que pasa es que nos acostumbramos a ver a otras personas todos los días por la calle, y no nos sorprende nada que podamos ver... casi siempre.

Somos inmunes a la belleza casual y alzamos los ojos en busca de algo más alla. Estamos ciegos y acomodados, tanto que no sonreímos hasta que no nos hemos obligado a mirar los ojos de la persona que está al lado. Y casualmente son más bonitos de lo que uno recordaba. Y casualmente vemos los nuestros también. Que-nunca-está-de-mas.

Porque no nos damos cuenta de lo fantástico de cada ser humano, de lo sorprendente.
De que no ser perfecto no es no ser bueno... De que los errores se contabilizan como vetas en las piedras preciosas, no piques.

Y en bruto siempre mejor que tallado. Para que una pueda decir lo que quiera, y escupir al suelo, y cometer fallos garrafales... Grabarse haciendo el imbécil, acostarse llorando. No levantarse, caerse del suelo.

Para esperar la rutina con emoción, sonreír de oreja-a-ojera por la calle, de lado a lado del continente.

Entonces abre ahora los ojos, bueno, no, parpadea.
Ahora el mundo es de otro color, y la música lo-es-todo. Ahora podemos ver la balleza donde la hay. Podemos ver más de todo, y nos hemos dejado de acostumbrar a la luz que nos rodea.

Nos merecemos un respiro, todos, y ser reconocidos por ser, por intentarlo o por pasar como pasa uno de la fabada, que estamos haciendo sitio para el verano.


o p e n y o u r e y e s
s e y e r u o y n e p o

2 comentarios:

k@T dijo...

La belleza de los detalles pequeños...:-)




k@T

sueño de cristal dijo...

¨^_^¨