La llamada se cortó.
Al otro lado del teléfono ella comenzó a llorar.
Su piel siempre olía a viento y a mar.
Nunca es tarde para pedir perdón... pero a veces lo es para perdonar.
Su piel siempre olía a viento y a mar.
Nunca es tarde para pedir perdón... pero a veces lo es para perdonar.
4 comentarios:
Aloha...pese a que no te conozco, y mmm nunca he hablado contigo, hoy vi un libro que me recordó a ti o a tu blog...se llama "el vuelo de la libélula" de Martin Page, uno de mis autores favoritos...aunque solo he leido un libro suyo XD "Como me convertí en un estúpido".
Suelo pasar mucho por tu rincón, y solo decir que en la sencillez de tus textos radica lo bueno.
Yo creo que más bien radica en la sinceridad, ya que se ve que salen de dentro, pero si, enganchas Guri.
Con respecto a la entrada decir que creo que nunca es tarde para perdonar, otra cosa es que aunque te perdonen, las cosas no salgan como tú esperabas. Y con el esfuerzo que exige pedir perdón, sería muy cruel no perdonar.
Un saludo, y sigue escribiendo, aunque espero que con más optimismo ;)
arrepentirse significa tardar en rectificar
Malditos telefonos..... es mejor mirar a los ojos y decir la verdad!!
Ángel
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