Una soledad personal.
No tanto por las ausencias, como por el sentimiento de resignación;
como quien pierde algo que acaba de (re)encontrar.
Y piensas: "Será el destino".
Una ausencia que se siente como la ropa húmeda tras la tormenta,
cuando sopla el viento.
Y ese miedo que da la soledad,
cuando no sabes si el próximo abrazo podrá curarte,
o quizás ya será demasiado tarde.
4 comentarios:
me gustaria creer que todos los abrazos salvaran..
Es mejor creer en la esperanza y que nunca es demasiado tarde.
Pero a veces se está bien en esa soledad, bueno, al menos yo jeje.
Un besito, espero que todo te vaya bien :)
la soledad duele como tener los huesos ardiendo...
pero...nunca es demadiado tarde para un abrazo...
Vuelan en la distancia para ti un abrazo y un beso
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