Con el sol, cálido y polvoriento, de un sábado por la tarde, lluvioso, de finales de Abril.
Con ese color dorado agonizante, entre gris y arena.
Y el agua de los charcos, tan oscura que lo refleja todo.
Así te recuerdo, cuando estás lejos.
Se me revuelven las lágrimas, por un beso.
2 comentarios:
Bufff, como necesito yo ese sol para vivir. Que llueva todo lo que quiera pero que luego salga el sol... porque si no.. no soy persona :(
Un besote precious!
L aimagen es espectacular , tu texto nsotálgico, como siempre...¿Algún día te imaginaremos sonreír??
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