martes, 22 de febrero de 2022

Creí

Creí tus mentiras

casi tanto como te las creíste tú


Querías sentir un latido en tu pecho hueco

y un torbellino en tu cabeza templada

una piel nueva en tus manos viejas


Y nos enredamos en una madrugada

como dos cables de alta tensión

que buscan chocar y quemar


De las palabras quedan recuerdos nublados

el fantasma de un beso en la piel.


Colisionamos y de las chispas surgió la promesa vacía

de abrazos

de besos

del fin de una soledad invernal.


Creí en aquel momento efímero

casi tanto como tú quisiste que no hubiese existido

mientras me coges la mano para que no me vaya

y me niegas con los ojos la palabra.


Caí esclava de ese juego

atrapada en lo que no fue y pudo ser

en tu promesa de ceniza

en tus labios de fuego.


Hubiese muerto en este frío,

reanimada cada vez que mi alma emprendía el vuelo

para que no me alejase de ti.


Me agarras y me apartas

Me echas tanto de menos

en la distancia.


Pero no soy, no fui y no seré. 


Creí las mentiras que tú creías 

y seguiría con el pelo enredado entre tus días

de ausencias infinitas

si no hubiese encontrado

el camino 

de vuelta a casa.


Ahora solo quedas tú para creer,

para echar de menos desde lejos

para revivir o matar este amor que no fue

que pudo ser

que no será.


Huyo en la madrugada,

al alba,

en silencio.

Si estuvieses aquí quizás te desvelarían mis pasos

mis lágrimas de Eurídice fugitiva


Pero no estás

y cuando vuelvas,

buscando la mentira que creaste, que creíste,

encontrarás unas sábanas heladas

la promesa de un cuerpo que ya no es.


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