¿Dónde existe el amor que se dice pero no se siente?
¿Qué esperanza de vida tienen los vástagos desvalidos de las palabras y las certezas
sin el calor de la piel y la luz del sol?
Si no puedo sentirlo,
no es real o no importa que lo sea.
Como el fuego que ni ilumina ni calienta
¿qué es más que un nombre que hiere por su ausencia?
Dices que me quieres
pero no dices dónde.
En las tardes de un domingo o en un abrazo por la espalda.
No encuentro ese amor del que hablas
o no ha existido
o se ha perdido.
Puedo llorar toda la noche
tratando de invocar aquello que existe
pero como la fe
no puedo tocar ni ver.
No puedo crear ni reanimar
aquello que no me pertenece.
Sobre mis alas, sobre mis llagas,
sobre mis sueños y mis palabras
tengo poder.
Todo lo demás,
lo que descansa y vive y muere fuera de mis dominios,
solo existe cuando puedo sentirlo
y guardo silencio
contengo el aliento.
No siento el latido
del otro lado del mar.
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