en mitad de la luz
entre destellos de rojo y blanco y azul
caen lágrimas que nadie verá
quiero morir
puedo sangrar en esta soledad
puedo morir
sigo
para cuidar de los durmientes
sigo
porque nada vale nada
les cojo de la mano y los meto en sus camas
en la oscuridad de la madrugada
no tengo heridas
no tengo alas.
podría simplemente
desaparecer
nadie vale nada
y se fragua la certeza de la muerte
algún día
alguna madrugada
en la que
en silencio
nada valga nada.
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