Solo estoy cansada. Siento ganas de ducharme, coger 50euros, ir a otra casa, más fría, más oscura, y dormir. Y no regresar a aquí jamás.
Me da rabia, mucha, tanta que me huyen las ganas de hablar, explicar y razonar.
Realmente estoy enfadada por haber tenido que salir sola de mis problemas, y ser ahora una gran enferma.
Nadie se da cuenta de que estuve sola y logré cambiar.
Y ahora todos mis pecados me persiguen. Pero no puedo soportar que quien no me ayudó sea mi verdugo ahora que no necesito más camisas de fuerza y correas...
Siento ganas de volver a caer, y sólo me falta fuerza de voluntad.
Siento ganas de irme para no volver.
Dejar los estudios, la familia. Dejar esta casa y esta ciudad.
Algún día lo haré, y ese día, ni mi tía, ni mi madre, ni nadie, sabrá más de mí.
El día que me vaya no tengo intención de regresar.
Podríais haberos ahorrado la preocupación.
Si me habéis salvado la vida, tened por seguro que no os dedicaré más horas de ella.
3 comentarios:
Tanto las camisas de fuerza como las correas se rompen con unas tijeras y la falta de comprensión, afecto o ganas de respirar se suplen con la de los demás, te sorprendería lo que pueden conseguir una simples tijeras ;)
Un beso
yo quiero irme contigo .
Yo colocando los bártulos al estilo Feng Shui os puedo hacer un hueco.
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