martes, 10 de agosto de 2010

Sakura



Tengo noches tontas, de manos enredadas.
De lenguas rotas, conmigo misma.
Se me escapan volutas de palabras, sonrisas a medias.

A veces todo vuelve al final, es la fragilidad del círculo, es una recreación en miniatura de la vida, de la existencia humana.
Como la flor del cerezo que siempre florece y siempre muere.
Y existe ese miedo de que se oxiden los engranajes del eterno retorno y nos quedemos atascados en la oscuridad de nuestro interior, arañando en vano las níveas paredes de nuestra prisión; gritando y siendo respondidos por el eco.

¿Sabes qué más significa la flor del cerezo? Representa la fragilidad de la belleza y, personalmente, para mí, también su colectividad.
Una flor del cerezo es bella y frágil, de colores que casi parecen transparentes, casi indefinibles. La flor del cerezo es bella individualmente, pero su hermosura nos extasia cuando vemos cientos, miles de flores igual de bellas. Y es que hay belleza allá a donde vayamos, belleza de la frágil, la que se irá con la siguiente estación, y volverá de nuevo, de otra forma, de otro color.

Porque siempre vuelve, la flor del cerezo.
Aunque en invierno pensemos que no volveremos a verlas florecer jamás, siempre vuelve.

2 comentarios:

Wind dijo...

y florece de forma diferente

.A dijo...

eso quiero creer... que volvera..