pero no es la nieve cálida de entonces, cuando parecía que el tiempo se detenía entre el blanco mundo.
No, es nieve fría, es hielo astillado, que araña la cara, muerde.
Debería dolerte la cabeza, las manos, las piernas...
Pero solo te duele el pecho.
De dentro a fuera.
Piensas en la nieve,
en cuándo se volvió cruel.
Y quieres quedarte ahí, aquí, recibiendo tu castigo.
Todo es blanco, todo es frío.
Y tú eres rojo y fuego por dentro.
Ardes, ardes
y parece incluso que vayas a estallar.
Quieres tumbarte y mirar el cielo deshacerse.
Olvidar tus compromisos,
tus victorias y fracasos
De pronto no valen nada.
¿Lo sientes?¿puedes sentirlo?
Dime que este frío no me matará,
que esta vida no me matará.
Que tras el abismo de hielo hay un sol
de esos tibios de marzo,
que te hacen dormir ese dolor del pecho.
Dime que soy mejor,
mejor que esto,
que sobre el papel,
sobre la piel.
Que flaquea la piel y me vuelvo solo esto,
vanas pretensiones.
Entonces duele el pecho cuando debería doler el hielo.
1 comentario:
El hielo sangrara sus gotas cristalinas, mientras
miento al decir que mi calor te confortara, porque del agua al fuego el vapor hará que alguno de los dos corazones dejen de palpitar.
Publicar un comentario