...a veces me [te] decía que nuestras vidas eran como pequeñas gotas de agua, deslizándose por los cristales de la ventanilla de un tren, demasiado viejo para llevar a ninguna parte...
.y a veces, podía sentir tu calor, junto a mí, sin tocarme, en el asiento vacío contiguo.
.
..Nuestras armaduras de agua reflejaban los faroles de la calle, en una de ésas festividades estivales..
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.pero el vagón se encontraba en un silencio más allá de la percepción del oído humano.
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..tú brillabas más que ninguna otra lágrima..
.
. vacío .
.
...porque yo sólo podía mirarte y ver como trazabas tu propio camino, sobre el frío cristal...
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..y la velocidad a ti no parecía afectarte..
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.el gemido de las ruedas al detenerse rompió la telaraña de soledad que se había apoderado de todos los asientos, sin pagar siquiera el viaje.
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...en el que alguien escribió en el vaho tu nombre, y se olvidó de poner el mío...
.
"había llegado al final del trayecto, pero no estaba la ciudad que prometiste"
...
Y es que, poco a poco, todo comenzó a dar un poquito más igual... porque a veces, tras muchas noches llorando, y muchos meses soñando, el corazón necesita darse un respiro y olvidar... aunque no haya memoria que borrar, simplemente cerrar fuertemente los ojos.
....Llévame allá dónde sólo se vea el mar....
:)Es mejor así(:
2 comentarios:
wow, ta chulo
lo malo de cerrar los ojos... es que luego no sabemos bien cuando abrirlos...
da mierdo no saber que nos vamos a encontrar... o saber que nada va a haber cambiado
weno
nus vemos
muxuuss
nee nee gu chan, el mar esta sobrevalorado
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