martes, 21 de julio de 2009

Elements


El aire denso, viciado, eléctrico, me hacía saltar.
Y se agitaba la arena, se erizaba la espuma.
El fuego interior burbujeaba desde el pecho,
quemando las cartas, quemando las promesas.
Más cerca de los muertos que de los vivos.
Así era el cielo de tormenta.
Espejo sucio, nubes turbulentas.
Mil mensajes y una botella.
Absenta.

La tierra, húmeda, cálida, suave, me hacía gritar.
Como gritan los niños pequeños, 
como se llenan los pulmones, se expanden los bosques.
Inundando el día desde los pies, desde las raíces.
Desde las pestañas.

Piedras mojadas. 
Árboles llorones, 
hadas enfadadas.

Fuego, tierra.
Agua.
V i e n t o

3 comentarios:

k@T dijo...

Como echo de menos la Absenta XD.

Una publicación estupenda.

tormenta dijo...

bárbaro :)

Anónimo dijo...

En ocasiones me encantaría dejarme caer en esa húmeda tierra, mientras las hojas me arropan al final de un mal día.

Esos días que merecen ser olvidados.
Agua, Aire, Fuego, Tierra danzantes al rededor del Amor.

Bonito ^^

Ángel