miércoles, 19 de mayo de 2010

Eufórica.


A veces, cuanto menos pienses, mejor.
He escrito tantas despedidas que soy experta en el amor.


Pero nunca en hacer las maletas.
Ni en preparar bocadillos.


Y es que cuando te despides corres el riesgo de irte sin que nadie te retenga.

El orgullo por los suelos, los amigos muy muy lejos, el fracaso en el borde de los labios.
Y el veneno explotando, por todos lados.
Sonrío como una loca en mitad de la demolición.
Eufórica.


2 comentarios:

Antonio Misas dijo...

Es cierto, a veces es mejor, es mejor cambiar el pensamiento a otra cosa.
Al orgullo y a los amigos que se van, que les den, el que quiera que vuelva. ¿El fracaso? El fracaso es relativo, como todo en esta vida, y es un buen motivo para volver a intentarlo o para irte a probar otra cosa.
Euforia, y adrenalina subiendo, pero con pausa como para escribirlo tan bien y calma para seguir haciéndolo. Me gusta como lo cuentas.
Abrazos

.A dijo...

el veneno va a estar ahi siempre..