Para acuñar de esas fortunas que no se cuentan, y siempre brillan.
Esas fortunas que no guardan los cofres ni protegen las cajas fuertes...
Fortunas de cálidas sábanas, besos, palabras.
De "no llores" y "es que lloro de felicidad".
Guardamos los encuentros que tan caros salen a veces, y guardamos incluso las despedidas.
No escatimamos en las horas y minutos invertidos en aquella persona que finalmente acabará aquí, en esta cama, leyendo las palabras de mis labios.
Invierte de forma alocada, arrepiéntete.
Gasta, derrocha... que jamás sientas que pudiste y no lo hiciste.
La vida es larga y corta, y a veces faltará tiempo, y a veces sobrará.
Mejor morir rico y sin dinero. Mejor pedir perdón.
2 comentarios:
"En ese momento yo me seguía diciendo que no me quería enamorar de nuevo. Sin embargo, no importa cuán duro y doloroso sea, quiero vivir ese sueño de nuevo. Quiero amar profundamente a alguien."
Qué excelente lo que has dicho, has salido de la lírica melancolía que acostumbras para decirnos una gran verdad. Un besote
Publicar un comentario