Crucé un umbral al amparo de la noche
jugué a ser estrella hasta que me prometieron
que con ser era suficiente.
Esperé al amanecer
para que enfriara las últimas lágrimas.
Renací
templé el acero
perdí
La realidad corta con sus cristales rotos
y es un dolor al que no te acostumbras
pero sí se vuelve familiar
Otra vez este viento del norte
otra vez este frío
otra vez este camino
Suelto una mano
a partir de aquí
si caigo
tendré que seguir
avanzando.
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