Me devuelve su mirada de ojos oscuros esta mañana blanca de invierno.
Son distintas caras,
distintas manos,
presentes y pasados
del futuro tengo solo la interpretación de estas cartas
que no tienen voz ni voto.
Me devuelve su sonrisa blanca de esta noche de verano.
No había ningún destino,
ni había camino.
Siempre ha sido el caos, peinándose la melena o azotando tempestades.
Siempre sus hilos tras el orden casual que sucede en mitad de la entropía constante.
Gira todo
demasiado deprisa
como si estuviese al final
en los últimos estertores de esta fase de transformación
Viene
el vendaval
la primavera
las noches de sol
Viene
con sus ojos oscuros
y su blanca sonrisa
la primavera que siempre engaña
a estas flores de cerezo
que siempre olvidan
que aún queda invierno.
Calienta el sol
salimos dispuestas a morir
Llévame a un lecho de flores
a un sueño de sol sobre la piel.
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