La realidad es un espejo roto
que refleja este grito que no sale de mis labios
no queda nadie al otro lado para escucharlo
no queda nadie a este lado para ver.
Vuelvo a ahogarme en el mismo mar
lejos de las cenizas del hogar.
Me corto
las manos y el pelo
dejo atrás un cadáver entre las flores
si llevo solo mi espíritu
pesa menos.
Quizás esta vez pueda llegar a la frontera
antes de que me engulla el amanecer.
Quizás esta vez resista la tentación
y no mire atrás para encontrarme con mi propia estatua de sal.
Los ojos de la medusa,
de la bruja.
Existe la llave de esta puerta
lo sé porque yo misma me deshice de ella.
Pero no queda nadie a este lado del mar.
Quizás esta vez
todo sea diferente
yo sea diferente
Quizás esta vez sea la definitiva
o quizás encuentren el naufragio de mi cuerpo
en una orilla florida
prometiendo y prometiendo
que esta vez
la maldición se había roto.
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