Como un abrazo por la espalda y un beso en el hombro
Como el sol de un domingo reflejándose en el agua
Como las tardes estivales
Pasa efímero el día
Pasa un latido tras otro
en este pecho de flores
El tiempo arrastra el sabor de los labios
el recuerdo del verano
la sal y las lágrimas
Queda este aire frío bañado por la luz esquiva
y las sábanas desordenadas y gélidas
Queda un cuerpo desnudo frente a un espejo
blanco y tiritando
consumiéndose
en una carrera contra el frío y las sombras
Nadie va a venir,
no hay otro cuerpo al que acercarse
no hay otros ojos que me vean
y empiezo a desaparecer
aún delante del espejo
mis átomos y mi herencia estelar
vuelven al lugar del que proceden.
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