Del neón y la llama
estas sábanas heladas.
Hay un vacío que me habla
promete un invierno eterno
hibernación sin intromisión.
La tentación del olvido,
del hielo.
Mis ojos son cerillas excitadas
chispas en la noche
fuego.
Puedo invocar a los espíritus del pasado
traerlos de vuelta a este día
a este viaje en el tiempo.
Llego a casa
reciben mi piel desnuda
las paredes de mi infancia
no soy
no soy
dejo
que me engullan las sábanas
que me avasalle esta noche
de manos heladas.
Se retiran los fantasmas
quedamos este silencio y yo
el recuerdo y la promesa
de una piel cálida
que me acompañe en las madrugadas.
Pero hoy
no soy
no soy
y me sumerjo en estas aguas
dejo que me envuelvan
me hundo.
Soy Ofelia
y duermo
el sueño de los difuntos.
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