y su tarde florida
suspendida en el tiempo.
Tras los cristales llama la vida
y yo escapo bajo el agua
celebro con lágrimas
ahogadas
gritos que resuenan sordos
entre las paredes de un sábado
de luz y belleza.
Asfixia el nudo
de las sonrisas forzadas
ante la sombra que acecha
en el día más brillante
en la hora más dorada.
Golpea en una tarde cálida
el frío del abismo
manos vacías
labios cosidos.
Escapo al agua
donde nadie pueda jurar que lloro
Escapo a la calle
donde pueda bañarme en la luz
Escapo de la vida
porque todo pasa
y esto pasará
pero hace falta tiempo para curar
y hay heridas que nunca sanan
Así que vuelvo a vestirme esta sonrisa
vuelvo a la vida y a la risa
como si fuesen atributos que hoy poseo
y espero,
en silencio,
que sigan el sol, la luz y la tarde
existiendo
cuando yo encuentre el interruptor de mi pecho
y pueda deshacer el nudo
que tira hacia dentro
a las profundidades de esta falla
que duerme y descansa
y a veces despierta y tiembla
invocando terremotos
que me tragan
me avasallan.
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