luces cálidas filtrándose por las ventanas
y yo en mi pasillo infinito
en mis silencios
y mis noches amargas
con un nudo en la garganta.
Hay un eco aquí dentro
y late y late
ojalá fuese un corazón delator
para gritar todo en lo que me falta el valor
la voz.
Una sonrisa de las que duelen
como duelen los músculos cansados
como duele una noche demasiado larga.
Llorar de camino a casa
nunca inmaculada
nunca curada.
Hay una estrella o hay un avión
y un cielo que se resiste a oscurecer
como esta realidad que se me queda atascada
y vivo en un umbral
y vuelvo a lo que fui
a lo que he sido siempre
a no ser nada.
Como aquel gato negro
que estaba dentro y fuera
juego con el sol
y me arrastro en las aceras
cuando nadie me ve
desaparezco
entierro mi cuerpo entre dos
o más
palabras
me cubro con la tierra
desdibujo mi cara
borro el epitafio
y como Ofelia
engullida por las aguas
frías y cálidas
descanso
descanso
descanso
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