De pronto, bajo el agua, sientes esa mezcla de pánico y calor, de besos y puñales, de nidos con espinas.
Sales temblando, porque.hace.frío.
Y no hay nadie para hacerte no-pensar.
No deberías quedarte sola nunca, porque te vuelves así.
Así, como los naranjos que agonizan, como las canciones que hacen llorar.
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